Norbert Feher, que responde al alias de Igor el Ruso y que asesinó a dos guardias civiles y a un ganadero en diciembre del 2017 en Andorra (Teruel), acaba de ser condenado a cadena perpetua. Así lo decretó el juez Alberto Ziroldi durante la causa que los tribunales italianos abrieron en su contra por los asesinatos del barista Davide Fabbri y del guardia voluntario Valerio Verri, cometidos el 1 y el 8 de abril de 2017 en Budrio y Portomaggiore (Ferrara).

El acusado siguió las diferentes vistas del juicio sin necesidad de ser trasladado ante el tribunal de Bolonia, gracias a un sala habilitada con un sistema de videoconferencia en el centro penitenciario de Zuera. Igor el Ruso se mostró aparentemente impasible durante la lectura de la sentencia. «No dijo nada, solo agradeció su trabajo», señaló su abogada defensora Gianluca Belluomini al Corriere della Sera, diario al que anunció que recurriría el fallo.

Norbert Feher no cumplirá esta condena de forma inmediata, ya que tendrá que responder primero ante la Justicia española por el asesinato, un 14 de diciembre del 2017 en el Bajo Aragón, de los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero y del ganadero José Luis Iranzo. Allí llegó tras cometer el doble asesinato de Italia.

La condena de este hombre de origen serbio y de 38 años satisfizo especialmente a uno de los agentes provinciales de Ferrara a los que Norbert Feher disparó, aunque no consiguió acabar con su vida. Marco Ravaglia señaló ante los medios italianos que estaba «especialmente feliz» por todos los familiares de las víctimas y «por todas las personas que han sufrido por culpa de este monstruo». «Se le ha dado una sentencia justa», insistió.

Paralelamente el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcañiz continúa investigando el triple crimen turolense. El juez encargado del caso ya ha recibido dos informes realizados por el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) relacionados tanto con las víctimas como con el estado mental del propio Igor el Ruso.

Los forenses ampliaron sus conclusiones sobre las autopsias y destacaron que los guardias Romero y Caballero murieron «en pocos minutos» tras ser tiroteados, después de haber matado a Iranzo al ser descubierto en una caseta rural en las inmediaciones de Andorra. Por otro lado, las psicólogas forense señalaron, tal y como adelantó este diario, que este hombre es un psicópta. Resaltaron que la conducta delictiva fue «organizada y racional desde una perspectiva criminal de la relación coste-beneficio».

Paralelamente, la plataforma Amigos de Iranzo sigue reclamando al Gobierno de España que explique qué fallo en el dispositivo de búsqueda que se saldó con tres muertes.