El reciclaje y reutilización de la ropa usada es una gran asignatura pendiente en España. Para dar solución a este problema y cumplir con los criterios que marcan las directrices europeas, Zaragoza ha iniciado la ampliación del servicio de recogida de estos residuos. La unión temporal de empresas (UTE) formada por las firmas sociales A todo trapo (Cáritas) y aRopa2 (Tiebel Servicios) instalaron ayer el primero de los 200 contenedores de este tipo (de color naranja) que se van a desplegar por las calles de la ciudad hasta final de año. Estos se sumarán a los 150 que ya están operativos en instalaciones municipales y parroquias, de manera que se prevé triplicar la recogida hasta las 3.500 toneladas al año frente a las 1.000 actuales.

La iniciativa está plagada de beneficios. Por un lado, el medioambiental, porque permite dar una segunda vida a la ropa, priorizando la reutilización por encima de la generación de un nuevo residuo. Y por otro, el social, ya que permitirá crear diez nuevos puestos de trabajo, lo que elevará a 33 el número de empleados del proyecto, de los cuales 18 serán personas en riesgo de exclusión. Así ocurrirá gracias a que el concurso municipal para la autorización del uso de la vía pública fue restringido para empresas de economía social.

AHORRO PARA LA CIUDAD

Hay una tercera derivada que favorecerá a la ciudad por el impacto económico positivo que conlleva. Cada tonelada de basura que se genera en la ciudad cuesta entre 80 y 85 euros por el traslado y el tratamiento, por lo que la recogida selectiva de ropa permitirá un ahorro indirecto de casi 300.000 euros al año a las arcas municipales. El proyecto también hace posible otro ahorro indirecto al dejar de percibir las personas de inserción laboral las ayudas sociales que perciben, a lo que se suma el pago de impuestos.

El responsable municipal de Servicios Públicos y Personal, Alberto Cubero, presentó ayer el primero de estos nuevos contenedores de ropa, que se ha instalado en el número 14 de la calle Segundo Chomón, en el Actur. Otros 40 depósitos metálicos de color naranja sanguíneo se van a desplegar de forma progresiva en este barrio, así como por Casablanca, Oliver-Valdefierro, Distrito Sur y Santa Isabel.

«Otras ciudades han hecho otras apuestas: que el negocio lo gestionen las empresas de siempre sin que se genere empleo de calidad ni, en muchos casos, se produzcan un ahorro económico», aseguró Cubero, acompañado la concejala de Derechos Sociales, Luisa Broto, y los representantes de A todo trapo y aRopa2, Francisco Yagüe y Julio Cortes.

En torno al 10% del producto textil recogido se reutiliza como ropa de segunda mano que se vende en las tiendas aRopa2 (calle Delicias, 54) y Latido Verde (Mariano Royo 20).