Aragón es tierra de franquicias. En los últimos años han sido muchas las cadenas que han surgido en el territorio y que han logrado crecer con fuerza. La Mafia se sienta a la mesa es uno de esos casos de éxito. Y eso que la idea inicial no era crear una franquicia. «Cuando en septiembre del 2000 abrimos el primer restaurante en Zaragoza, el de la calle Casa Jiménez, no pensábamos en franquiciar; fue su éxito y el interés de inversores de fuera de la ciudad lo que nos animó», explica el socio fundador y director general de La Mafia, Javier Floristán.

Así, en el 2002, y con dos restaurantes propios en la capital aragonesa, la cadena comenzó a expandirse a localidades cercanas como Pamplona, Madrid o Valencia. En el 2010 ya contaban con 30 restaurantes y hoy hay repartidas por toda España 45 Mafias, todas franquiciadas menos la de Casa Jiménez. «En el 2009 cogimos un fuerte impulso con la entrada en Andalucía, ya que abrimos en casi todas las capitales de provincia», destaca Floristán, que apunta que actualmente ya están implantados en todas las ciudades de más de 120.000 habitantes.

A pesar de esta fuerte expansión, la cadena, fundada por dos socios aragoneses, aún ve recorrido en España. De hecho, el objetivo es llegar a los 80 restaurantes, «pero sin prisa». «Últimamente estamos abriendo en ciudades pequeñas como Mérida, Cáceres o Gerona con mucho éxito, lo que nos anima a seguir», indica Floristán, que destaca que este año acabarán con 50 locales.

De lo que aún recelan es de salir al exterior. «Sí que hemos tenido propuestas para salir fuera de España pero no está dentro de nuestra estrategia; quizá abrimos en Portugal, pero aún no está decidido», comenta.

Pero lejos de conformarse, la enseña aragonesa ha apostado por crecer con otra cadena. Así, el año pasado lanzaron La Boutique Italian Food, unos restaurantes con un tiquet medio de unos diez euros pero «sin perder de vista la calidad». «Ya tenemos tres locales propios en Madrid y uno franquiciado en el aeropuerto de Málaga», explica Floristán, que apunta que ya están buscando ubicación para implantar esta marca en Zaragoza.

«El objetivo es acabar este año con diez locales de esta nueva enseña», comenta. Detrás de ella también están los mismos socios que en La Mafia, la mayoría aragoneses.

OBRADOR EN SAN MATEO

La fuerte expansión de la compañía se ha visto reflejada en materia laboral, ya que todos sus restaurantes emplean a 700 personas. Casi 40 de ellos trabajan en el obrador propio que la cadena tiene en San Mateo de Gállego, donde se elabora toda la pasta con materia prima italiana, así como sus postres caseros y helados naturales. «Desde aquí también trabajamos para distribuidores», destaca el director general y socio fundador de la firma.

Actualmente, La Mafia se sienta a la mesa cuenta con dos restaurantes en Zaragoza, el de Casa Jiménez y el del Actur. Huesca y Teruel tendrán que esperar porque de momento el grupo se ha centrado en ciudades más grandes. «Además, tampoco nos ha llegado ningún inversor con interés», reconoce Floristán.