Disfrutar de un buen vino es para muchos un placer único. Y más, si se acompaña de finas lonchas de jamón de Teruel y de queso de Acebo del Moncayo, ya que hacen una combinación perfecta de sabores en el paladar.

Gastronomía, cultura y patrimonio se dieron cita ayer en el Museo de Zaragoza, situado en la plaza de los Sitios. Muestra de ello, fueron las casi 4.000 personas que se acercaron para disfrutar de estas degustaciones con sello aragonés, según datos ofrecidos por la organización del evento.

Con una entrada por valor de 10 euros, los asistentes tenían ocho puntos para canjear por los distintos vinos de las nueve bodegas (cada uno de ellos con una puntuación diferente), así como dos platos de degustación a elegir entre el jamón y los quesos. Más de 3.000 platos de estos alimentos fueron repartidos entre los invitados por el grupo El Cachirulo.

«Me parece muy bien que se den a conocer estas garnachas y, sobre todo, que se haga en un museo para divulgar la cultura», manifestó José Luis, un zaragozano que se acercó al acto con un amigo.

«Tenía ganas de probar un buen vino», contó Carmelo al mismo tiempo que tomaba un trago de una de las bebidas de las bodegas Alto Moncayo.

Invitados como María José aseguraron que «sería una buena opción que hubiera venta directa aquí, porque hay vinos que luego es difícil encontrarlos».

Muchos de los asistentes repitieron en más de un plato del manjar de Teruel, así como de los quesos del Moncayo para acompañar los diferentes vinos de las nueve bodegas del Campo de Borja.

«Venimos todos los años porque tenemos unos amigos que son de allí y nos encanta la variedad de sabores que hay», informaron un grupo de degustadores aragoneses.

Por otra parte, hasta el próximo domingo, se celebrará en 32 restaurantes de Zaragoza y provincia la Semana de la Garnacha. Los restaurantes participantes ofrecerán un menú en el que los vinos de garnacha del Campo de Borja serán los protagonistas en los platos y en las copas.