A FONDO

La Bajada del Canal

La Bajada del Canal

La Bajada del Canal

PEDRO ARROJO

Bajamos a ver y allí estaban nuestros queridos Titis, nuestras juventudes del barrio, a modo de náufragos, en un par de balsas, bajando al ritmo de la corriente, mientras desde la orilla, la Banda del Canal, que por entonces funcionaba con chuflainas, amenizaban…, no se sabía qué. La gente se acercaba y preguntaba qué era aquello, a lo que la respuesta que corría era «… no sé, ni idea …». En efecto, no había ni una pancarta, ni una hoja, ni siquiera un megáfono con el que alguien explicara de qué iba aquello.

Así empezó la Bajada del Canal, como una iniciativa de la Asamblea Ecologista, que la Asociación de Vecinos de Venecia acogió y dio vida.

La reivindicación que nació aquel día era recuperar el Canal como espacio urbano para el disfrute de la gente, idea que fue enriqueciéndose con los mimbres y propuestas de Mariano Mérida, verdadero padre intelectual de esta movida ciudadana. Gracias a él, en el barrio, supimos sobre el extraordinario valor patrimonial de esa obra del siglo XVIII, pionera de la ingeniería hidráulica a nivel internacional; aprendimos que fue diseñada fundamentalmente para transportar barcos y mercancías, aunque décadas después, con la irrupción del ferrocarril, acabara transportando agua para las huertas y para Zaragoza; entendimos el valor ambiental de ese río artificial naturalizado, con su bóveda forestal y el pasillo verde que genera. Y sobre esa base se fue elaborando el Plan especial del Canal.

LAS JUVENTUDES DE "TORRERO"

Pero si Mariano Mérida fue el padre intelectual de la Bajada, el motor lo pusieron Javier Grasa, el Titi, Raúl, Chema, Amparo, Rosa, Mariajo, Juancho, Pili, Gloria y tantos otros, que tomaron el relevo de mi generación al frente de la Asociación de Venecia. Eran nuestras juventudes de Torrero, cuando, siendo jóvenes nosotros, aunque menos que ellos, en los 70, organizamos aquellos clandestinos comités de barrio. Un relevo que fue capaz de combinar, desde un espíritu libertario, compromiso vecinal, radicalidad solidaria y humor ciudadano. Desde entonces, año tras año, la Bajada viene siendo expresión genuina de esta forma de hacer ciudadanía que ellos pusieron en marcha.

LA EFERVESCENCIA VECINAL

El Plan especial del Canal fue un ejemplo de esa responsabilidad creativa que emergió con la Bajada. Se trataba de ampliar sus entornos verdes para ganar espacio peatonal, carriles bici y parques, echando atrás, en lo posible, el tráfico rodado; recuperar el uso lúdico de la navegación, reformando los puentes para permitir el tránsito de las barcas; recuperar la estética de la forja en farolas y barandillas; rescatar patrimonios como el muelle de San Carlos (enterrado a la altura de Casablanca), los molinos y los saltos hidroeléctricos que dieron vida a industrias como Averly; crear el Museo del Canal… En suma, todo un plan elaborado por los vecinos de Torrero en esas bajadas, que siempre combinaron rebeldía responsable, radicalidad solidaria y sentido del humor.

A finales de los 80, la efervescencia vecinal, apoyada en un tejido complejo y muy vivo (Casas de Juventud, scouts, asociaciones de mujeres, parroquias…) venía promoviendo ideas y proyectos de todo tipo para el barrio, basados en la puesta en valor del pinar y del Canal. Por ello, la decisión de hacer el Tercer Cinturón hizo saltar las alarmas y se creó la Coordinadora Venecia-Torrero-La Paz, en defensa de los Pinares y del Canal.

A finales de los 90, el estilo autoritario de la alcaldesa de Zaragoza, Luisa Fernanda Rudi, reactivó la movilización vecinal, motivando la proclamación de la «República Independiente de Torrero», desde las mismas claves de protesta radical y al tiempo pletórica de humor e imaginación, que siempre han caracterizado al barrio. Las hogueras de San Juan, la defensa del roble monumental del Canal y la elección del «Druida» o de la «Druida», cada año, emulando a la aldea gala irreductible de Ásterix, entre otras múltiples iniciativas, junto a la Bajada del Canal, han venido modelando la marca del movimiento vecinal en Torrero.

UNA FIESTA POPULAR

Pero la Bajada, además de reivindicar el Plan especial, reconocido oficialmente cuando era alcalde José Atarés y cuya demanda se centra este año en el tramo de San José, siempre levantó otras reivindicaciones, como la defensa de ríos y pueblos amenazados por grandes embalses, la lucha contra los trasvases, la solidaridad con los insumisos en la cárcel por negarse a hacer el servicio militar, o con los inmigrantes, entre otras ...

Sin duda, la Bajada del Canal se ha convertido en una gran fiesta popular de Zaragoza; pero quien pretenda ver en ella un simple botellón fluvial se equivoca. Y se equivocará especialmente este año, en la medida que el acoso de las autoridades municipales, tras prohibir la Hoguera de San Juan en Torrero, han puesto en alerta a la gente ante lo que se entiende como una estrategia de demonización de estas fiestas reivindicativas.

Como pasó durante la alcaldía de Rudi, la movilización ciudadana y el sentido reivindicativo de la Bajada se radicalizará este año, como indica el reventón participativo que se anuncia, con casi mil personas y unas 250 embarcaciones (o estructuras flotantes) inscritas.

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