El Consejo de Gobierno del Ejecutivo autonómico aprobó ayer la declaración de Bien de Interés Cultural de la Iglesia de Santa María Magdalena, ubicada en la localidad oscense de Cofita (municipio de Fonz). Esta iglesia románica del siglo XII-XIII de origen templario conserva interesantes grabados en sus muros exteriores y alberga en su interior restos de pinturas murales medievales que están siendo objeto de estudio y que se corresponden con la cronología de la iglesia.

Tal y como establece la Ley de Patrimonio Cultural de Aragón en su artículo 15, la citada declaración de la iglesia como BIC debe incluir cuantos elementos puedan considerarse consustanciales con la construcción y formen o hayan formado parte de ella o de su entorno. La norma legal establece también que la declaración afectará al entorno del bien protegido, según informó ayer en un comunicado la DGA.

La iglesia románica de Santa María Magdalena de Cofita está situada en la orilla izquierda del río Cinca, a unos siete kilómetros de Monzón. Fue construida y fundada por la orden del Temple durante su permanencia en la Encomienda y Castillo de Monzón. Presenta una cronología incierta que es posible situar entre finales del siglo XII (considerando las características que presenta su exterior) y mediados del XIII (por las de su interior), donde aparece una bóveda apuntada propia de construcción de transición entre los estilos románico y gótico.

VIVIENDAS ADOSADAS

La iglesia está ubicada en el centro del pueblo y, muy posiblemente debido a la desamortización, se vio rodeada e invadida por viviendas colindantes. Dos de ellas se adosan al templo, ocupando los pies de la nave.

La iglesia consta de una nave de planta rectangular con bóveda apuntada y ábside en la cabecera cubierto con bóveda de cuarto de esfera. Como es habitual en estas construcciones, se mantiene la orientación canónica (este-oeste). El acceso al interior se sitúa en la fachada sur del edificio mediante un arco de medio punto. Presenta unas dimensiones de 1.500 metros de longitud, 500 de anchura y 800 de profundidad.

El edificio se construye con sillares de piedra arenisca rojiza. En algunas zonas del zócalo y cimentación del edificio los sillares están dispuestos a tizón, sin continuidad; por el contrario, en la parte superior del edificio se disponen a soga. La fachada sur, por su parte, presenta dos ventanas con derrame doble.

Sobre la piedra sillar se localizan marcas de cantero, así como un reloj solar de cronología reciente. En sus proximidades se conservan varias figuras humanas a modo de siluetas de caballeros grapadas en la misma piedra. Estas pinturas estarían relacionadas con la orden del Temple, cuya encomienda se estableció en el castillo de Montón desde 1143 hasta 1308.

No obstante, el principal interés de la iglesia radica en las pinturas medievales de los siglos XII y XIII que han sido descubiertas en las catas recientemente realizadas y que posiblemente se corresponden con la cronología de construcción de la iglesia templaria. En dichas catas -que se ubican en el lado de la epístola- se observa, entre otras imágenes figurativas, la presencia de un caballero con casco y armadura. La restauración completa de las pinturas permitirá definir la naturaleza del conjunto pictórico.