Martín Ortín no es un jubilado de Ateca normal y corriente. La última carta que ha recibido en su casa del barrio de las Delicias de Zaragoza la envía el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Contiene una tarjeta con unas líneas escritas a mano: «Muchas gracias por los dulces». Con ella responde al envío de unos Huesitos fabricado en su pueblo natal que el atecano le hizo llegar hace unos pocos meses.

La carta se suma a una colección desbordada -casi 10.000 documentos- lograda a lo largo de toda su vida. En ella guarda misivas de presidentes, primeros ministros y dirigentes de todo el mundo. «Yo soy socialista, no me importa decirlo, pero respeto todas las circustancias», explica.

Pasar las páginas por su álbumes es recorrer la historia política del mundo. Aparecen manuscritos de Jacques Chirac, recientemente fallecido, o de los hermanos Kennedy. Y de Nelson Mandela, y de Fidel Castro, y de Hosni Mubarak. La lista es apabullante.

Ortín explica que junto al paquete de Huesitos que mandó al máximo responsable del control bancario europeo coló dos billetes: uno de 100 euros y otro de 200. Su objetivo es que volvieran con el autógrafo del dirigente, cosa que ha conseguido. En estos años de insistencia prácticamente no ha recibido respuestas negativas ni salidas de tono.

Las colecciones de Ortín son variadas y no solo se centran en lo político. Algunas van en consonancia con su biografía, pues recuerda orgulloso los años que pasó en la empresa Loscertales (la mejor fábrica de muebles del mundo, dice). Allí, como ebanista de profesión, se encargaba de producir las mesas estilo Luis XV que aún se conservan en los recibidores de las casas más pudientes.

Además, entró a trabajar en CAF, por lo que puede presumir de haber participado en la producción de trenes para todos los rincones del mundo. Se jubiló cuando la factoría empezó a producir las primeras unidades del AVE.

Con el retiro se tomó mucho más en serio lo de tener las fotos y las firmas de las personalidades más importantes del momento. Reconoce que no ha faltado a casi ninguna de las ruedas de prensa que se han celebrado en el Teatro Principal de Zaragoza en los últimos 23 años. Con esa estrategia ha conseguido fotos dedicadas del 90% del mundo de la farándula estatal. Y también alguna amistad de la que presume, como la de Concha Velasco.

Con precisión de relojero anota en folios el estado de sus colecciones. Desbordadas en estanterías, pasillos y habitaciones se guardan repertorios de cajas de cerrillas, de mecheros, de dedales, de vitolas de puro, de billetes de lotería o de monedas de todo el mundo. La curiosidad le viene desde la infancia. «Mi mujer me dice que me acabará echando de casa», bromea socarrón.

La política también ha tenido un lugar importante en la vida de Ortín. Formó parte de la junta de Delicias como vocal del distrito. «Un cargo similar al de un concejal», dice. Eso le permitió ampliar su círculo de conocidos. «A pesar de las guerras de partido se conoce a mucha gente con la que tienes que trabajar codo con codo», indica.

Recortes y crucigramas

Los domingos suele pasear por la plaza de San Francisco en busca de nuevas curiosidades. En un rincón de su atiborrado salón se puede apreciar una curiosa colección: la de piruletas que los partidos políticos han regalado en sus mitínes. La verdad es que la casa es un reflejo de su personalidad. Libros de historia, recortes de periódicos y adornos que ha realizado él mismo. Destacan los relojes de marquetería o los cuadros de su pueblo. Guarda igualmente con orgullo varias cajas de música que reproducen las mesas Luis XV que realizaba cuando trabajaba como ebanista. Todo se completa con un libro de crucigramas a medio terminar.

Lo de coleccionar fotos dedicadas de celebridades de todo el mundo (con sus correspondientes cartas de solicitud y respuesta) es una modalidad de acumulación realmente poco habitual. «No conozco a nadie que tenga nada parecido», dice.

Su próximo objetivo será la futura presidenta de la Comisión Europea, puesto que como socialista confía en que la fotografía del próximo dirigente estatal ya figure entre sus abigarradas posesiones.