El laboratorio de Biología del Cuerpo Nacional de Policía acaba de remitir un informe sobre los restos epiteliales hallados en las uñas de María Marian, asesinada en noviembre del 2018 en Movera. Los especialistas han concluido que el ADN analizado no pertenece a ninguno de los diez detenidos por su relación con este crimen enmarcado en un vuelco (robo en el argot policia) de drogas

Los investigadores mandaron analizar estos vestigios ante la hipótesis de que la víctima pudiera haber arañado a uno de los agresores al tratar de defenderse. De hecho, llegó a pedir ayuda a su hermana tras recibir el disparo en el costado, si bien sus familiares no lograron evitar ni su muerte ni identificar a los tres hombres que salieron corriendo de la escena del crimen, el jardín de la vivienda familiar situada en la urbanización Torre Urzaiz.

Un resultado negativo que no invalida otro que permitió al Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón dar con el que se considera uno de los autores de este crimen motivado por una cuestión de patrimonio, el sicario lituano Aivaras S., así como el arresto de otras nueve personas. El ADN del asesino a sueldo estaba presente en un guante blanco de látex que recogieron agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica.

pieza clave / De hecho, este hallazgo hizo que Aivaras S. tuviera que cambiar su primera versión en la que proclamaba su inocencia por otra en la que admitía que aquella noche estuvo junto a la víctima. Este hombre señaló a otros dos hombres, Jesús J. M. y Juan E. O., que permanecen en prisión provisional, en el lugar del crimen. Los tres llegaron a la finca y accedieron a ella haciendo un agujero en la valla trasera.

Una vez identificada una persona, y antes de que este diera nombres, el Grupo de Homicidios realizó una extensa investigación relacionada con las diferentes geolocalizaciones de dos teléfonos móviles de Aivaras S., además de pinchazos telefónicos. Pudieron observar, por ejemplo, la planificación llevada a cabo por los autores. En concreto, consiguieron observar los pasos dados por este sicario lituano, quien salió el día del asesinato, a las 08.59 horas de su vivienda de Salou.

Desde las 14.04 a las 16.13 horas, el móvil le sitúa en las localidades de Cuarte, Cadrete y María de Huerva. Desde las 16.13 hasta las 20.20 horas (una hora después del asesinato de María Marian) no vuelve a encender el teléfono, volviéndole a situar en María de Huerva. Tras ello, los agentes pudieron observar que Aivaras S. empleó la A-2 para irse a Salou. Regresó a su vivienda a las 23.58 horas.

ÁRBOL GENEALÓGICO / Paralelamente investigaron el árbol genealógico de la pareja sentimental de la víctima, José N. T., alias el Mistos, de 70 años, que permanece en prisión cumpliendo una condena por tráfico de drogas.

Todo porque la hermana de la asesinada aseguró que María Marian señaló al nieto de la pareja de la víctima, José Luis G. N., alias el Pelao, -que no está investigado- y a Susana N. G. por tenerle «animadversión» por cuestiones de propiedades y, especialmente, por un piso de la calle de Matías Pastor Sancho de Zaragoza que él quería y que llegó a reclamarle a través de una carta amenazante que envió desde la cárcel de Estremera, donde cumple condena este joven. El Mistos admitió los encontronazos de su nieto con su pareja hasta el punto que había redactado antes del crimen un poder notarial en el que se permitía a María Marian el disponer de todos los bienes del Pelao.

Ahí comienzó un estudio de la familia de el Mistos que se retrotae al matrimonio con una mujer, ya fallecida, fruto de la cual tuvo tres hijos, quienes emparentaron con la familia de los Altimasveres, conocidos muchos de sus miembros por sus relaciones con el narcotráfico. Hasta siete personas fueron identificadas por los agentes.

Tras ello se inicia una nueva oleada de geolocalizaciones y pinchazos telefónicos para saber dónde estaban cada uno el día del asesinato, así como las conversaciones que mantuvieron. Los agentes llegaron a la conclusión de que, esas desaveniencias son el origen de información entre dos clanes familiares, siendo uno de ellos el que ofrece información a otro grupo de intervinientes de cara al vuelco de drogas. Hubo diez detenidos el pasado mes de julio.