Luchar contra la despoblación supone, hoy en día, una tarea ardua y que muy poca gente consigue llevarla a cabo con un número elevado de éxitos. Normalmente, la mayoría de la población que vive en grandes ciudades ve un problema en aquellos cientos de pueblos que no superan los 200 habitantes y donde apenas hay comercios en los que hacer una compra diaria o donde el médico no está ni siquiera todos los días en la localidad. «Ahí no se puede vivir», dirán. Pero que se lo digan a todos los nuevos vecinos que han llegado a la pequeña localidad turolende de Fuentes de Rubielos en los últimos años o a su alcaldesa, Asunción Rosales, que no hay día que no intente sacar a relucir todo lo bueno que tienen a pesar de que en invierno no lleguen a los 100 habitantes.

«No todo el mundo que viene se queda, vivir aquí no es fácil», explicó Rosales, pero actualmente, este pueblo tiene algo que gusta, y mucho. Una churrería se ha instalado en la plaza central de la localidad directamente desde Morón de la Frontera en Sevilla. Ivan y Mila son un matrimonio que han llegado al pueblo junto con sus tres hijos, uno de ellos de 3 años que ha entrado al colegio local y otras dos de 12 y 14 que están yendo al instituto comarcal.

Mila aseguró que llegó a esta localidad turolense por sus ganas «de cambiar de aires». Antes de este gran cambio, Mila ya había probado a irse a otro pueblo donde no terminó de ser lo que ella esperaba y finalmente, se volvió a atrever y esta vez, es sin billete de vuelta al sur.

Como anillo al dedo

Esta familia se encuentra, según explicaron, «en periodo de adaptación» pero, sin duda alguna, aseguran que están contentos y que quieren quedarse. Mila explicó que otras veces se había ido tan solo con unas cuantas maletas pero que esta vez se había ido con toda su casa, buscando «lo ideal para su familia» y sabiendo que esto era «lo que quería y lo que estaba buscando» debido a que esta oportunidad le había ido «como anillo al dedo» en todos los aspectos.

Por el momento, Mila solo ve cosas positivas de este gran cambio que tomaron a finales de agosto. «Cuando vas a un sitio así piensas que va a ser fácil porque creo que todos soñamos con una vida tranquila, con naturaleza y donde los niños pueden jugar sin ningún tipo de problema», explicó Mila, que aseguró que ahora lo que más le podía preocupar era algún rasguño de sus hijos debido a que ahí, todo era muy tranquilo y seguro.

La primera vez que esta churrería abrió sus puertas en Fuentes de Rubielos fue en septiembre en una carrera de montaña que se organiza en la localidad y a partir de ahí, el buen olor de los churros recién hechos invade las fiestas patronales, los domingos y los pueblos vecinos. Y es que, ¿a quién no le apetecen unos churros con chocolate una mañana de domingo cuando el frío se deja notar demasiado? «Todo el pueblo se ha volcado con nosotros y con nuestro negocio», aseguró Mila, que agradeció a sus nuevos vecinos todo lo que habían hecho «de corazón» desde que se convirtieron en unos fuenrubelianos más.

Proceso de selección

La escuela de Fuentes de Rubielos se quedó hace un año con tan solo una niña y estuvo a punto de ser cerrada. Fue ese momento clave donde Rosales se puso en contacto con asociaciones en contra de la despoblación. A partir de ahí comenzó un periodo donde no han dejado de recibir currículums y poco a poco las casas vacías del pueblo se han ido llenando al igual que la escuela que está abierta con seis de los nuevos pobladores, «ninguno ha nacido en Fuentes pero los consideramos de aquí», contó la alcaldesa.

Gracias a la primera familia se consiguió mantener este servicio debido a que dos de sus hijos estaban en edad escolar, además, poco tiempo después llegó otra que lleva el multiservicios de la localidad formado por un restaurante, una tienda y varias habitaciones y que este verano ha llegado a dar «170 servicios».

«Una familia detrás de otra», explicó Rosales, que aseguró que dentro de poco colgarán el cartel de completo porque tan solo queda una casa vacía para poder ofrecer a esas nuevas familias que buscan un nuevo rincón donde asentarse, crecer y sentirse uno más.