Laura Baquedano, primera mujer en presidir la Asociación de Ginecología y Obstetricia de Aragón (AGOA) en sus 55 años de historia, dice que no se ha sentido discriminada por ser mujer y ha atribuido este cargo a una evolución natural de la especialidad, donde cada vez hay más ginecólogas que ginecólogos como ocurre en el resto de la Medicina.

En una entrevista con Efe, confiesa que no sabe si hubiera nacido hombre habría sido diferente, porque sus progenitores, de origen humilde, y sobre todo su padre, siempre la animaron para que estudiara una carrera sin plantearse ninguna barrera de género y está convencida de que para ejercer la medicina las trabas han sido las mismas que para sus compañeros hombres: muchas horas de estudio y dedicación.

Con 41 años y 17 de profesión, se decantó por la ginecología sobre todo por lo relacionado con el cáncer, que le apasiona, y está orgullosa de la relación de confianza que cada vez más les otorgan sus pacientes porque ello contribuye a mejorar la salud de las mujeres y la práctica clínica.

Pregunta: Defiende la igualdad entre hombres y mujeres, pero desde la fundación de AGOA en 1964, es la primera vez que la preside una mujer. ¿No es una muestra de un sistema totalmente patriarcal?

Respuesta: No digo que no, pero sobre todo es muestra de la evolución normal y natural de la especialidad, nada más, porque ahora los términos se han invertido y hay muchas más médicas y ginecólogas.

P: De todas formas, ¿cambia mucho la visión que puede aportar como mujer a la asociación o las funciones están más marcadas hacia unos objetivos concretos?

R: Yo defiendo la igualdad entre hombres y mujeres y si soy coherente, en realidad es lo mismo, y todo dependerá de la actitud o las ganas que le eche cada persona. Cuando coges un cargo nuevo, seas hombre o mujer, lo coges con ganas e ilusión, sino apaga y vámonos y esto es lo que va a condicionar el futuro de la asociación.

P: ¿Cómo es la relación con sus compañeros de trabajo? ¿Cree que ellos piensan que se trata de una profesión muy feminizada?

R: Cada vez más ginecólogas pero hay compañeros hombres excelentes profesionales que, sin embargo, están en inferiores condiciones a la hora de tratar a las mujeres sanitariamente porque hay aspectos que como mujer has vivido en primera persona que entiendes mejor. La relación entre nosotros es buena y yo nunca he vivido una discriminación por ser mujer.

P: El hecho de ser mujer ¿facilita la conexión con las pacientes?

R: Tenemos algo a favor porque podemos tener más empatía pero no quiere decir que las ginecólogas vayamos a tratar médicamente mejor a las mujeres.

P: ¿Se habla ahora, por ejemplo, con más naturalidad de sexualidad?

R: Totalmente. La sociedad ahora ha cambiado; hace diez años no era lo mismo, hace veinte menos. Ahora en las consultas se habla de sexualidad, los ginecólogos nos estamos formando, hay cursos desde diferentes asociaciones, hay másteres...y las mujeres además nos lo preguntan y en el día a día de pareja les influye muchísimo. Esto era impensable hace 20 años y ahora va a evolucionar a más. Tenemos que saber abordarlo en la consulta porque además somos el médico de referencia en este sentido tanto para las disfunciones sexuales como para el consejo sexual básico.

P: ¿También las jóvenes?

R: Hay mitos y tabúes que todavía tenemos que romper a día de hoy que parecen increíbles pero las chicas jóvenes no tienen la vergüenza que tenían sus madres y te preguntan muchas veces acerca de la sexualidad. Incluso las mujeres que han sido educadas en una cultura diferente cada vez más hablan de sexualidad sin tabúes y como ginecólogos nos enorgullece porque saber abordar este tema desde la consulta redunda en una buena praxis y en mejorar la salud de las mujeres.

P: ¿Pueden influir esos aspectos en que cada vez haya menos hombres en la profesión?

R: Tal vez tenga que ver porque en la medicina cada vez hay más mujeres que hombres y en ginecología, por ejemplo, de los doce residentes por año que hay en el Hospital Miguel Servet, hay un chico, y es un ratio similar en el Clínico. Pero es que las facultades de Medicina están llenas de mujeres y vamos a ver más médicas que médicos.

P: En el I encuentro de asociaciones aragonesas implicadas en Salud de la Mujer celebrado el jueves se incidió en la necesidad de abordar la investigación en las enfermedades propias de la mujer. ¿Cuáles son y cómo les afecta?

R: Las tres asociaciones que hablaron de cáncer (AECC, AMAC-GEMA y ASACO) resaltaron que el cáncer no se asume de la misma manera en una mujer que en un hombre porque las mujeres seguimos teniendo el rol de cuidadoras y de protectoras y muchas veces por no preocupar a la familia, no dejar desatendidos a tus hijos o a tus padres no expresas tus miedos ni dices que vas a una revisión o si te dan una mala noticia la escondes. Esto nos hace llevar una carga psicológica que en una enferma de cáncer es una piedra más en la mochila. Enfermedades como la fatiga crónica o la fibromialgia también están bastante estigmatizadas, no son bien conocidas, y en un varón, si existe este diagnóstico, no se ve tan mal como en una mujer, además de que algunos profesionales lo asocian con depresión o temas psicológicos y por eso se manifestó la necesidad de formación y de darle visibilidad a una enfermedad real. Se habló también de los problemas para acceder a una consulta con discapacidades motoras. Muchas veces no podemos explorar a una mujer en una cama de exploración ginecológica o hacerle una exploración transvaginal por las barreras arquitectónicas y de equipación.

P: Las mujeres ¿cuidan su salud?

R: Yo creo que sí y hay momentos en que la cuidamos especialmente: en torno al embarazo y el parto, la menopausia, porque cada vez consultan más y les incidimos en hábitos de vida saludables; cada vez acceden más a los programas de screening, hacen deporte...

P: ¿De qué nos deberíamos preocupar las mujeres?

R: Es verdad que cada vez las mujeres, que tenían hábitos de vida más saludables, han adquirido hábitos menos saludables como el tabaco. El cáncer de pulmón se ha incrementado proporcionalmente mucho más en las mujeres y los infartos de miocardio de la misma manera. Aunque nos cuidamos hemos adquirido hábitos típicos de los hombres que no nos han ido nada bien.

P:¿Cuáles son los retos ahora de la Ginecología?

R: Seguir trabajando en formar a nuestros especialistas y en acercarla a la Atención Primaria y sobre todo a las mujeres, que sepan que el ginecólogo es un médico súper accesible y dar una asistencia universal, intentando promocionar y favorecer la salud integral de la mujer en todas las etapas de su vida desde la adolescencia, la anticoncepción, el embarazo, el puerperio, la menopausia hasta que ya no nos requiera.