Los microplásticos están invadiendo todos los rincones del planeta. Su presencia en el agua y los océanos se ha convertido en un grave problema medioambiental, pero sus efectos en la salud humana todavía son impredecibles. Según un estudio realizado por la Universidad de Newcastle (Australia), cada persona podría ingerir a la semana cinco gramos de plástico, el peso equivalente de una tarjeta de crédito. Esta inquietante conclusión ha sido destacada este jueves durante la presentación del informe ‘Contaminación por Plásticos’, elaborado por el Observatorio Salud y Medioambiente de DKV y la fundación aragonesa Ecodes. “La economía del plástico es insostenible; se necesita un cambio general que afecta a las empresas y también a las personas”, ha subrayado durante la presentación en la sede de DKV en Zaragoza el director de Ecodes, Victor Viñuales.

El estudio pone de manifiesto que esta problemática es uno de los grandes retos que afronta la sociedad actual. “Cada minuto se compran un millón de botellas de plástico en el mundo, en su mayoría de un solo uso, y sus residuos tardan entre 450 y 500 años en degradarse”, ha alertado el consejero delegado de DKV, Josep Santacreu.

La compañía ha decidido dar un salto adelante y llamar la atención de este grave problema. Por eso, ha dedicado un monográfico dentro del observatorio que lanzó hace una década junto a Ecodes. “Al final el mundo se cambia por imitación; si no hay pioneros no hay cambio social”, ha indicado Viñuales, que ha incidido en la importancia de dar a conocer las buenas prácticas en las empresas.

Tal y como ha indicado Santacreu, uno de los objetivos del informe y también del observatorio es demostrar que la salud del ser humano y la del medio ambiente están interconectadas”. “Estamos ante una emboscada del ‘homo sapiens’; no existe ningún animal que dé de comer a sus cachorros veneno”, ha advertido el divulgador científico, guionista de documentales y autor del libro ‘Plastic Detox’, Jose Luis Gállego, que también ha participado en la elaboración del estudio.

Este experto ha dejado claro que el problema no reside tanto en el material como en la gestión que el ser humanos realiza de sus residuos. Según la ONU, de las casi 9.000 millones de toneladas de plástico que se han producido en el mundo desde la Segunda Guerra Mundual solo se ha reciclado el 9%.

A pesar de los peligros que todo ello puede generar en la salud, los ponentes en la presentación han indicado que todavía podemos eliminar estos microplásticos del organismo “con bastante facilidad”.

Todos ellos han destacado que la sociedad (y también las administraciones) cada vez están más concienciadas con este problema. Así, han puesto de manifiesto que hace dos años parecía casi imposible que la Unión Europea fuera a legislar sobre las bolsas de un solo uso. Con todo, han apuntado que aún hay mucho por hacer. “En este país a mucha gente el medio ambiente le importa un carajo”, ha lamentado Gállego.

Por todo ello, han apostado por unir fuerzas porque “sin alianzas entre todos los actores no se conseguirá nada”.

“Como decía Labordeta, lo primero es antes; y no hay nada más importante que el aire que respiramos y el agua que bebemos”, ha concluido Gállego.