Agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil han denunciado a un hombre al que sorprendieron en la ribera del río Queiles a la altura del municipio de Novallas (Zaragoza) cuando cazaba pájaros fringílidos de especies protegidas para comérselos.

En el momento de ser sorprendido, el presunto infractor, de 64 años, estaba escondido entre la maleza con cepos de uso prohibido y dos petirrojos muertos que aseguró que había cazado para comérselos con posterioridad, informó el instituto armado en una nota de prensa.

A esta persona le fueron intervenidos en el momento de ser localizado un total de 18 cepos de fabricación casera, además de los dos petirrojos, que fueron llevados al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de la Alfranca para la realización de una necropsia.

Los dos especímenes capturados por el presunto infractor son aves insectívoras paseriformes pertenecientes a la familia de los muscicapidae, y se encuentran actualmente en el listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Además, los cepos que le fueron intervenidos son artes prohibidas por la legislación medioambiental, de gran eficacia destructiva y no selectiva para la captura de animales.

CUATRO DENUNCIAS

Las diligencias practicadas por los agentes del Seprona, que formularon cuatro denuncias administrativas contra el supuesto infractor por vulneración de las leyes de Patrimonio Natural y de Caza en Aragón, fueron remitidas al Juzgado de Instrucción de Tarazona.

Las fuentes citadas señalaron que esta actuación se enmarca en el dispositivo especial de vigilancia puesto en marcha por la Guardia Civil en relación con la caza o tenencia ilícita de aves fringílidas como jilgueros, pardillos o lucanos, entre otros.

La caza de aves fringílidas para emplearlas como alimento es un hecho bastante infrecuente. Lo habitual es que se capturen para adiestrarlas y venderlas por su agradable canto.

Esta utilización es una práctica muy extendida en el mundo rural español y ha recibido más de una advertencia de la Unión Europea, donde la captura de estos pájaros está totalmente prohibida, independientemente del uso que se les dé, según ha denunciado la organización ecologista SEO/Birdlife.

En ocasiones, incluso, las fringílidas llegan a ser explotadas en supuestos concursos de canto, tras ser sometidas a un periodo de adiestramiento.