Ana Solana es la presidenta de la Asociación de Directivas de Aragón, una organización que más que representar a sus socias, que ya ocupan un puesto alto, trabaja activamente para cambiar el futuro con proyectos que impulsan en centros educativos, y en otras esferas de la sociedad.

Como directora senior de Recursos Humanos en Europa y Asia Pacífico de Tudor, perteneciente a la multinacional Exide Technologies, Solana es un "referente" para muchas mujeres que quieren romper también el techo de cristal, aunque resulta difícil.

Para esta alta ejecutiva la "causa fundamental" es que hoy todavía se toman muchas decisiones por ellas dentro de la empresa: "No se les da la oportunidad de elegir. Piensan que están en edad de tener hijos, que no van a querer viajar, que no van a querer el extra de responsabilidad y no se les pregunta", sostiene en una entrevista con Efe.

-¿Han notado un aumento en el número de mujeres en puestos de dirección desde la fundación de la asociación?

-Sinceramente, no. Esto se mueve a paso muy lento. Sí que se ha mejorado la incorporación al mercado laboral de la mujer, pero no tanto el acceso a cargos de responsabilidad, los porcentajes se mantienen prácticamente igual.

-¿A qué lo achaca?, ¿por qué es tan difícil que las mujeres lleguen a estos altos puestos?

-Como directora de Recursos Humanos de una compañía que está en 20 países, compruebo que la situación es similar en todas partes. Las legislaciones garantizan la igualdad legal pero la real es muy difícil. Creo que la causa fundamental es que hoy todavía se toman muchas decisiones por las mujeres y no se les da la oportunidad de elegir. Piensan que están en edad de tener hijos, que no van a querer viajar, que no van a querer el extra de responsabilidad y no se les pregunta.

-¿Cómo involucrar a los directivos y compañeros de trabajo en esta batalla por la igualdad?

-Mi percepción es que hay muchos que lo entienden. Tenemos muchísimos hombres que apoyan nuestra causa. Eso ha cambiado; ahora hay una conciencia que antes no había, sobre todo en los hombres más jóvenes. Ellos también quieren ir a su casa a cuidar a sus hijos, a bañarles y a tener tiempo para ellos.

-El departamento de Recursos Humanos tiene capacidad para favorecer la igualdad de la empresa, ¿qué medidas concretas pueden poner en marcha?

-Hay muchas políticas activas. Puedes pedir currículums ciegos donde no aparezca el género para evitar un sesgo en la decisión o pedir a las agencias que entre los candidatos a puestos altos haya también mujeres. En definitiva, asegurar que la mujer está representada en los procesos, también en la promoción interna o en los cursos de formación. Además, revisar el tema salarial, hacer mentorizaje de mujeres...

-¿Que haya mujeres en puestos de responsabilidad abre las puertas a otras profesionales?

-Sí, cuando llegas arriba, empiezas a abrir puertas porque sabes que son iguales, y porque además así lo normalizas. Tú sirves de referente a otras que están en la empresa. Yo ahora mismo soy directora senior y el resto de mujeres dentro de la empresa me dicen que les sirvo de referente e inspiración. Les gusta, además, que trabajes por la igualdad.

-¿Qué aporta la mujer al mundo de la empresa?

-Yo creo que cuando entramos por la puerta de la empresa somos personas, no hombres y mujeres. No se puede generalizar. Hay cosas que nosotras hacemos mejor y hay cosas en las que ellos son mejores. Pero sí es cierto que hay rasgos más frecuentes. Las mujeres somos más prudentes y más colaborativas, y creamos un tono menos competitivo, no enfrentamos a la gente y trabajamos mejor el conflicto.

-¿Hay puestos ocupados tradicionalmente por mujeres?

-En general, en todas las empresas, el perfil de mujer se contrata más para un puesto determinado: marketing, comunicación, recursos humanos, finanzas, calidad, laboratorios... En perfiles operativos y comerciales se contrata menos, y ahí precisamente es donde más dinero se gana y donde hay más posibilidades de promoción.

-¿Qué consejos daría para romper el techo de cristal?

-El techo de cristal lo tenemos que romper entre todos, hombres y mujeres. Las mujeres solas no podemos, es una cosa de la sociedad porque el techo lo han puesto hombres. Lo rompemos nosotras con nuestras dedicación y profesionalidad, y ellos abriéndonos las puertas.

-¿Hay riesgo de volver hacia atrás?

-Se ha creado una conciencia que antes no existía sobre una situación de desigualdad que hay que corregir. Pero hay hombres que no tienen esa conciencia y creen que se está dando preferencia a las mujeres. Ahí se crea un caldo de cultivo y se rebelan. Además hay grupos que están canalizando esta situación. Nosotras tenemos que asegurarnos no sólo de que intentamos ir hacia adelante, sino que no vamos hacia atrás.