Rodrigo Lanza abandonó este martes por unas horas la cárcel de Zuera en la que ingresó provisionalmente tras su detención por la muerte violenta del zaragozano Victor Laínez, en diciembre del 2017. Lo hizo para pedir su inmediata puesta en libertad, a la que se opusieron todas las acusaciones.

Al igual que en la primera sesión del juicio con jurado en la Audiencia Provincial de Zaragoza, Lanza volvió a sorprender con un cambio de imagen. Si ante el tribunal ciudadano se distanció de la estética antisistema que lucía en el momento de su arresto vistiendo camisa, zapatos y un corte de pelo clásico, ayer presumió de un estilo más moderno con nuca y laterales rapados que permitió ver un tatuaje de una tijera.

Fue durante una vistilla convocada por el magistrado que redactó la sentencia condenatoria, José Ruiz Ramo, después de que el abogado defensor, Endika Zulueta, recurriera el auto del pasado 4 de diciembre en el que se prorrogaba la prisión provisional de Lanza a instancia de las acusaciones.

Zulueta recordó que fue condenado a cinco años de prisión por un delito de lesiones en concurso con homicidio imprudente y absuelto del delito de asesinato condenado a cinco años de prisión por un delito de lesiones en concurso con homicidio imprudente y absuelto del delito de asesinatopara luego afirmar que «mantenerlo en prisión provisional cinco meses más (hasta junio, cuando se cumple la mitad de la pena impuesta) sería una ilegalidad». «Eso es un castigo anticipado», insistió.

El juez que denegó la libertad de Lanza lo hizo señalando que había riesgo de fuga, de reiteración delictiva y que la sentencia estaba ahora en manos del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) donde han recurrido todas las partes.

Zulueta puso en entredicho que pueda volver a ocurrir un caso similar como el de Víctor Laínez porque aseguró que Lanza «no tiene un modus viviendi del crimen», añadiendo que «la presión mediática y social le tendría muy vigilado», lo que le impediría dicha comisión de un delito.

Otra de las razones que no se dan en la causa, según Zulueta, es el riesgo de fuga. «Sería estúpido porque iría en su contra, porque el recurso está en manos del TSJA o del Supremo quién tiene que decidir si se repite el juicio o no», recalcó. También recordó que fue la Brigada de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón quién le llamó para que se entregara y hasta se buscó un abogado para ser asistido en ese momento. Añadió que Rodrigo Lanza residía en Zaragoza donde tenía arraigo, puesto que tenía un trabajo y residencia conocida.

Por otro lado, se refirió a la posibilidad de que, tal y como solicitan la acusaciones al TSJA, se repita el juicio para conseguir que sea condenado a 25 años. «Existe esa posibilidad pero también que un jurado popular nuevo decida absolverle o condenarle a una pena inferior», concluyó.

Durante su turno de palabra, el abogado defensor de Rodrigo Lanza también criticó que no se la haya permitido ejercer el derecho a la defensa al no convocar dicha vistilla antes de que el juez decidiera acordar la prórroga de la prisión provisional. «Durante la instrucción nunca lo pedí», dijo.

OPOSICIÓN

La Fiscalía, los abogados de la familia de la víctima, Juan Carlos Macarrón y Alexis Guajardo, rechazaron la solicitud de puesta de libertad. También lo hizo la acusación popular que ejerce Vox, si bien no de forma presencial por motivos de salud del abogado David Arranz.

Todos consideraron que hay posibilidad de reiteración delictiva «porque ya dejó parapléjico a un guardia urbano de Barcelona» y señalaron que sí hay riesgo de fuga «puesto que tiene nacionalidad chilena y pasaporte italiano». «No se puede decir que aquí en Zaragoza tenía una casa para rechazar el riesgo de fuga porque vivía en esa vivienda bajo okupación», recalcó la fiscala Ana Cabezas.

Juan Carlos Macarrón, por su parte, trajo a colación cuando uno de los testigos del caso pidió declarar detrás del biombo para evitar «cualquier tipo de interacción con Lanza» para asegurar que se tienen que garantizar todas las pruebas de cara a la presumible repetición del juicio.

ÚLTIMA PALABRA

Tras escuchar a las partes, el magistrado dio la última palabra a Lanza, quien solicitó su libertad.

Recordó que un juzgado de Barcelona le puso en libertad cuando el caso de la agresión a un guardia urbano, de la que él siempre se ha declarado inocente y de la que resultó condenado por un delito de lesiones graves durante el desalojo de un edificio. El agente municipal quedó tetrapléjico. En aquel momento, su salida de la cárcel se condicionó. «Entregué el pasaporte, fui a firmar cada mes y cuando se me requirió me presenté, igual que cuando tuve que ingresar en prisión», aseguró.

El tribunal se pronunciará sobre su puesta en libertad en los próximos días.

La vista finalizó sin decisión judicial, por lo que Lanza tendrá que esperar un nuevo auto en el que se decrete su libertad o que siga en la cárcel.