El Gobierno central aprobó este martes en el Consejo de Ministros una declaración de emergencia climática nacional que pretende plasmar en una ley que llevar al Congreso, y que cuenta con 30 medidas principales. Entre ellas, que las ciudades de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de tráfico restringido al estilo del polémico Madrid Central implantado durante la alcaldía de Manuela Carmena.

En Aragón, la medida, tal y como está inicialmente planteada, afectaría obviamente a Zaragoza, y por poco a Huesca, con unos 53.000 habitantes censados. En el caso de la capital aragonesa, el equipo de Gobierno PP-Cs no lo ve necesario, pero si es una obligación legal, la acatará, afirman.

LEY DE MOVILIDAD

Textualmente, la información provista tras el Consejo de Ministros de ayer recogía, entre otras muchas medidas destinadas a eliminar la huella de carbono para el 2050, «la adopción de una Ley de Movilidad Sostenible y Financiación del Transporte Público, así como medidas para que los municipios de más de 50.000 habitantes establezcan zonas de bajas emisiones de manera urgente».

Ante este anuncio, la concejala de Servicios Públicos y Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, expuso en declaraciones a este diario que si es un proyecto fijado por ley estatal, no tendrán más remedio que acatarlo. Pero no lo ven necesario «porque gracias la complicidad del cierzo nosotros aquí no tenemos un problema de contaminación».

Desde el equipo de Gobierno PP-Cs consideran que el tráfico por el centro ya está restringido, y apuestan por fomentar la movilidad eléctrica, pero consideran que este proyecto trata de «traernos un problema de otras ciudades que aquí no existe», por lo que Chueca prefiere centrase en «otros» problemas «que sí existen» en la capital aragonesa.

Aunque la calidad del aire en Zaragoza está en los últimos años bastante por debajo de los niveles que se consideran preocupantes, sí hay episodios puntuales de alta contaminación en algunas zonas.

De hecho, el anterior equipo de Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) había apostado en su Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) por una batería de medidas encaminadas a reducir la contaminación del tráfico, entre las que se encontraba un plan para dividir la ciudad en zonas, cinturones, de tráfico restringido. Un primero limitado a los residentes y el comercio, otro para coches de cero emisiones o certificación ecológica y un tercero para el resto de los turismos convencionales.

Este plan venía relacionado con otras medidas como incrementar la red de tranvía o la cota cero, pero finalmente decayó y la mayoría de ellas no se aplicaron, o no en su totalidad.

En cuanto a Huesca, al ser festivo ayer en la capital este diario no pudo contactar con ningún responsable del consistorio. Pero fuentes municipales apuntaron que, si se ha de llegar a aplicar esta medida de las zonas de tráfico restringido, ya tienen mucho camino hecho.

Principalmente, porque el casco histórico de la ciudad ya está peatonalizado, un proceso que continúa ahora mismo con las obras en el Coso y, en breve, en otro tramo de Ramón y Cajal. Además, la contaminación del tráfico no es algo que preocupe especialmente en Huesca, dado que, ya en el 2012, el 84% de los desplazamientos se realizaban a pie. Y eso era antes de acometer el proceso de peatonalización.

Así pues, las dos únicas ciudades a las que afectaría esta expansión de la idea de Madrid Central, presente también en otras grandes urbes, no tendrían muchos problemas en aplicarla. Habrá que esperar a que el Gobierno central detalle qué medidas contempla exactamente y qué plazos se barajan para ello.

MÁS MEDIDAS

El plan medioambiental del Gobierno de PSOE y Unidas Podemos que piensan llevar al Congreso va mucho más allá de la creación de estas zonas restringidas al tráfico. Según detalló el Ejecutivo, la declaración de emergencia climática conlleva implementar, en los primeros cien días de Gobierno, cinco medidas que sirvan de ruta. Comenzando por una ley para garantizar un horizonte de cero emisiones para el 2050 (con energías renovables, coche eléctrico y un sistema agrario neutro), definir la senda de la descarbonización, un Plan de Adaptación al Cambio Climático, una Asamblea Ciudadana del Cambio Climático y un Convenio de Transición Justa con medidas de acompañamiento. Otras 25 medidas llegarían más tarde, como una fiscalidad que no beneficie ningún tipo de producción de combustibles fósiles, o normas de economía circular y turismo sostenible.