La suspensión de la Semana Santa zaragozana ha obligado a cerrar a la tienda San Cayetano 3, especializada en hábitos, capirotes y todo lo relacionado con las cofradías. El candado se echó el pasado viernes, el mismo día que el Gobierno central decretó el estado de alarma. No habrá celebración este año. Atrás quedaban muchas horas de trabajo, pedidos entregados y otros perdidos. La temporada había acabado con todavía mucha tela que cortar.

Pero la escasez de material sanitario denunciada por los profesionales condujo a un cambio de planes en este establecimiento regentado por y para los cofrades. «Decidimos hacer mascarillas. Las que usan los sanitarios son de popelina, un material que no es exactamente con el que se hacen los hábitos, pero tenemos un montón que no se van a usar y, con eso y muchos trozos de tela que nos han quedado como consecuencia de la cancelación de pedidos, nos lanzamos a ello», explican desde el comercio.

La gravedad de la situación en el Salud hizo que los trabajadores del taller de la empresa se pusieran manos a la obra de forma inmediata. Un pequeño manual de instrucciones procedente de la Administración sanitaria propició que, apenas unas horas después, llegara el primer envío a los profesionales. «Con esos trozos de tela, capirotes y una pequeña entretela parecida a la popelina estamos haciendo esas mascarillas que, aunque no son perfectas porque las habrá mejores y más asépticas, son lavables y eso, dadas las actuales circunstancias, es algo muy importante».

Porque desde el Salud llegaban malas noticias. Esa falta de material provoca que haya personal que esté empleando una misma mascarilla desechable durante tres días cuando están concebidas para tirarlas tras atender a cada paciente. «Las que enviamos, al poderse lavar, suponen una ventaja», reiteran desde San Cayetano 3, que el sábado envió, a través de un taxi, las 150 primeras mascarillas al Salud, una cantidad que, «mientras nos queden fuerzas», pretenden mandar cada día mientras sea necesario.

Y la iniciativa ha creado escuela. Una docena de correos electrónicos de personas interesadas en el proceso de elaboración y que siguieron el llamamiento realizado en las redes por San Cayetano 3, aseguran la expansión de una idea que aportará cierta seguridad a los sanitarios. «Animamos a la gente a hacer lo mismo. La gente de nuestro taller está haciendo mascarillas de forma continua, desmontando hábitos y telas. No nos comemos la cabeza por el hecho de habernos quedado un poco tirados con nuestro negocio, solo pensamos en arrimar el hombro. Si la gente lo pasa mal y a nosotros nos sobra tela, hay que poner todo de nuestra parte», subrayan.

«No somos ricos pero por quince días más de trabajo de tres personas no va a pasar nada. Al revés, lo hacemos encantados y con convicción, alegría y ganas de ayudar», aseguran. «No podemos confeccionar nuestros hábitos, pero estamos defendiendo a los nuestros y aportando lo que podemos. Somos nosotros los que estamos agradecidos a los sanitarios, no ellos a nosotros».