Este lunes los polígonos mostraban su cara más triste de estas últimas semanas y a la cual ningún trabajador estaba acostumbrado antes de la crisis sanitaria que se está viviendo. «Está desierto», explicaba el presidente de la Asociación de industriales y comerciantes Malpica y Santa Isabel, Francisco Murillo, que aseguraba que al acercarse ayer a la zona «apenas había coches aparcados cuando de normal hay dos filas llenas en cada acera». Esta nueva y triste imagen es la que a partir de ahora van a reflejar todos los polígonos aragoneses debido a que se han reducido más las actividades que aún pueden seguir realizándose.

En concreto, en el polígono de Malpica Murillo explicó que estaba cerrado «el 90% del polígono y estos días anteriores estaba en torno al 50%». Murillo comentó que solo unas pocas empresas «están a pleno rendimiento» porque tienen que seguir abasteciendo al resto de la sociedad. «Aquí solo se mantienen en funcionamiento las empresas farmacéuticas, alimentarias y de transporte», contó.

INCERTIDUMBRE

El futuro se ve incierto en estos polígonos debido a que los trabajadores se encuentran preocupados, tanto por el presente como por el futuro. «Hay empresas que necesitan a finales de mes hacer frente a todos los pagos y todas ellas que vayan justas normalmente, no van a poder pagarlo si están cerradas ahora», cuenta Murillo, que es consciente de la situación de muchos de los trabajadores que de normal están al 100% de su actividad.

Ante esta situación de incertidumbre, Murillo asegura que no sabe qué ayudas van a recibir debido a que «hay que leer la letra pequeña de las cláusulas de las condiciones establecidas». Con esta poca esperanza de salir sin muchos rasguños de esta guerra contra el covid-19, Murillo consideró que cuando esto acabe «nada será lo mismo» debido a que la gente «va a tener mucho miedo a volver a la normalidad y les va a faltar liquidez que provocará una gran recesión en todos los aspectos y eso supondrá que las personas retrasen la compra de cualquier tipo de bien». Ante este mal pronóstico, Murillo hizo hincapié en que esto, «solo acaba de empezar».

El presidente de la Asociación Empresarial de Plaza (Aepla), Francisco Javier Sebastián, explicó que no conoce de primera mano la situación de Plaza debido a que por el confinamiento no ha podido acercarse a conocer la situación de todas y cada una de las empresas. A pesar de eso, es consciente de que la mayor preocupación de los trabajadores y los empresarios es «cómo se saldrá de todo esto económicamente hablando».

Desde la Federación de Polígonos de Empresarios de Aragón (Fepea), su vicepresidente, Carlos Marquina, asegura que llevan haciéndole frente a esta situación 15 días y que la actividad se ha mantenido hasta el momento «en parte». Además, explicó que aún tenían una reunión pendiente los gerentes de los diferentes polígonos de Zaragoza para conocer cómo estaba la situación en todos ellos. Esta reunión tendrá lugar por videollamada en unos días debido a que la del 16 marzo fue aplazada.

De momento, poco a poco las empresas van bajando la persiana y aplazando pedidos y trabajos que no saben cuándo podrán volver a retomar. Las dudas no dejan de asomarse al echar el pestillo de la nave donde semanas atrás solo había ruido, gente y mucho trabajo por delante y las que todavía siguen al 100% al pie del cañón, tendrán que ocuparse de mantener todos los polígonos a flote e intentar que esta crisis no termine con ellos.