La vacuna aragonesa contra la tuberculosis (MTBVAC), después de varias décadas de investigación en este campo, ha demostrado en estudios preclínicos perfiles de seguridad similares y una mayor protección contra la enfermedad pulmonar que el tratamiento actual (BCG) en modelos animales. Este avance permite pensar que la solución amparada por la Universidad de Zaragoza podría convertirse en la referencia universal contra esta enfermedad, que causa 1,4 millones de muertes cada año.

La investigación, que acaba de publicar Plos Pathogens, ha sido desarrollada por investigadores del instituto de investigación en red de enfermedades respiratorias del Centro Nacional de Microbiología, del grupo de Carlos Martín de la Universidad de Zaragoza y de la Universidad Radboud (Holanda).

La actual vacuna BCG, basada en una forma viva atenuada de Mycrobacterium bovis aislada de las vacas y desarrollada hace ya un siglo, continúa siendo la única autorizada contra la enfermedad. Sin embargo, el tratamiento desarrollado desde Aragón es el primero basado en el patógeno humano Mycobacterium tuberculosis y por lo tanto podría tener una eficacia mayor contra la enfermedad.

Los resultados de esta investigación ya han demostrado que la nueva vacuna desencadena la inducción de inmunidad entrenada en células humanas comparable a la clásica. «MTBVAC es capaz de producir una respuesta inmunomoduladora en células humanas, estimulando la modulación de los genes de citoquinas pro-inflamatorias y generando una reprogramación a largo plazo de las células del sistema inmunológico innato similar a la obtenida con la vacuna BCG», expone el coordinador de los estudios en la Universidad de Zaragoza, Nacho Aguiló,

La primera firmante del artículo, Raquel Tarancón, añade que tras estas confirmaciones iniciales pueden deducir que la vacuna aragonesa podría tener un nivel mayor de protección que la que se está usando en la actualidad. La fase de ensayos clínicos ya ha demostrado su eficacia, aunque para que su uso sea regular todavía será necesario que pasen unos tres o cuatro años, debido a los controles de seguridad que debe pasar un tratamiento de este tipo. «No podemos olvidar que la bacteria se inocula en población sana, por lo que tenemos que ser muy cuidadosos con la seguridad», destaca.

Además, el conjunto de estos hallazgos confirma que la MTBVAC tiene un elevado potencial para proteger de forma indirecta controlar la neumonía neumocócica. «Su uso sería compatible frente a neumococo», señalan.