El agua del grifo tiene una calidad equiparable a la embotellada en las tres capitales aragonesas y es 135 veces más barata que la que se vende envasada en plásticos. Esta es una de las conclusiones del estudio que la fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) ha realizado comparando 50 muestras recogidas en las capitales de provincia con las diez marcas más vendidas en la actualidad.

La prevalencia en el consumo familiar de las aguas embotelladas tiene que ver, según destacan los autores del informe, Víctor Bueno y Jerónimo Blasco, con la inversión en publicidad que realizan las diferentes marcas. Aseguran que prima una publicidad engañosa del potente sector empresarial que ha logrado convencer a una parte importante de la opinión publica de que el agua embotellada es más saludable que la del grifo, algo que los análisis desmienten.

«El agua del grifo solo tiene ventajas», insiste Blasco, poniendo el ejemplo de los sistemas de abastecimiento en Aragón. Sin embargo, el sector empresarial del embotellado en Europa mueve 12.400 millones de euros y lanza constantes mensajes a través de la publicidad. Esto hace que los ciudadanos tengan «información deficiente» y que todavía piensen que la calidad del agua en los pueblos y las ciudades es mala (o incluso peligrosa). «Es una creencia atávica hasta el punto de que se cree que pueden poner en riesgo a los familiares», señala Blasco.

Sin embargo, los análisis realizados tras el encargo de Ecodes al Instituto Municipal de Salud Pública de Zaragoza demuestran que el agua del grifo en las tres provincias es totalmente equiparable a la que se vende en botellas. En Huesca se destaca su mineralización débil, con una dureza cálcica media (semidura), adecuada para dietas pobres en sodio, estando los parámetros químicos y microbiológicos por debajo del límite de detección o con valores muy bajos.

En Teruel los análisis demuestran que se consume un agua del grifo de mineralización entre débil y media, con dureza cálcica media (semidura), adecuada para dietas pobres en sodio, los parámetros microbiológicos y químicos se encuentran por debajo del límite de detección o con valores muy bajos. Se trata de un agua potable de calidad. Y en Zaragoza tiene un agua de mineralización media, con dureza cálcica media (semidura), los parámetros microbiológicos y químicos se encuentran por debajo del límite de detección o con valores muy bajos. Se trata de un agua potable de calidad.

El estudio señala que todos los parámetros asociados al funcionamiento de las plantas de potabilización «han sido correctos» y consideran que el agua de grifo en España «cumple todos los parámetros exigidos en la normativa para asegurar la salud». Y con una doble seguridad, pues existen «mecanismos para informar al consumidor de los posibles incumplimientos» y además se realizan distintos controles no solamente en la planta de tratamiento, sino también en distintos puntos de la red.

Además, afirman que una familia que opte por el consumo de agua del grifo, algo que se ajusta totalmente a las necesidades sanitarias de cualquier persona (y de cualquier edad), puede ahorrar «fácilmente» hasta 650 euros anuales, dado que el consumo del suministro urbano es 135 veces más barato que el de las llamadas aguas minerales.