A Miguel Arbizu su experiencia como funcionario de contratación pública le sirvió para darse cuenta, en los primeros momentos de la epidemia, de la dificultad de los hospitales para adquirir material sanitario en una situación como esta. Este trabajador del Ayuntamiento de Zaragoza está detrás de la plataforma Zaragoza Solidaria, una página web que canaliza donaciones de empresas y particulares para comprar productos que se envían directamente a los centros hospitalarios que lo necesitan.

«El sistema de provisión de los hospitales no está pensando para estas situaciones. Las compras están centralizadas y hay mucha burocracia, no pueden comprar en Amazon o Carrefour. Un envío de un mayorista puede tardar en llegar un mes o más en condiciones como las actuales. Nosotros compramos a minoristas en pequeñas cantidades y el material llega a los hospitales en solo 24 horas», explica el impulsor de la plataforma solidaria.

La idea surgió tras el decreto del estado de alarma. «Vi que los hospitales estaban desatendidos en cuanto a material sanitario. Me puse a buscar por internet y encontré algunos proveedores en España que tenían stock de EPI», recuerda Arbizu. Se puso en contacto con el hospital de Móstoles y con el Ramón y Cajal de Madrid y ese mismo día les envió 1.000 almohadas y 500 batas. Pagó con la tarjeta de su academia, Oposiciones Actur, que se quedó a cero. «Entonces me di cuenta de que había que recaudar más fondos y cree la página web», relata.

Empresas y particulares

Desde el inicio de la cuarentena, Zaragoza Solidaria ha conseguido recaudar miles de euros y cuenta con numerosos voluntarios para el transporte de algunos materiales y el mantenimiento de la web. Las donaciones proceden de empresas y particulares. Según Arbizu, «hay empresas que han hecho donaciones directas de material, como los centros de belleza Tout Suite, que han vaciado sus almacenes de mascarillas, gorros, guantes, etc». En cuanto a los particulares, donan sobre todo «pequeñas cantidades, de 10, 15 o 20 euros, pero toda ayuda es buena para salvar vidas».

Arbizu contacta directamente con los responsables de suministro de los hospitales o son ellos quienes le llaman y le piden lo que necesitan. «Mandamos 20 termómetros al Clínico, porque solo tenían uno o dos en algunas plantas y tenían que desinfectarlos cada vez que los usaban, y otros cinco de infrarrojos a Quirón. También nos llamaron del Hospital Militar porque necesitaban lejía y les enviamos 46 litros», cuenta el funcionario.

Mascarillas, guantes, gorros, calzas, termómetros, delantales, monos, pantallas de protección, etc. parten de los almacenes de los proveedores directos a los hospitales. Zaragoza Solidaria ha hecho llegar material a centros hospitalarios de Zaragoza, Barbastro, Madrid, Pamplona y también tiene pedidos de otros lugares. «Todos los materiales están debidamente homologado para uso sanitario. No compramos muchas cantidades, pero lo que compramos es bueno. Antes de hacer las compras consultamos con los centros las calidades y materiales que necesitan», explica Arbizu.

Un portal transparente

La compra de productos no para, aunque Arbizu reconoce que «el mercado es la jungla». Los productos en stock de cada proveedor cambian cada día y constantemente. «A veces estás haciendo un pedido y cuando vas a pagar, el producto ya se ha agotado». El otro día tuvo la suerte de poder comprar más de un centenar de pantallas protectoras que se enviaron de inmediato a diversos hospitales de Zaragoza, Barbastro y Pamplona, así como a Ifema y al Gregorio Marañón en Madrid.

Además, todos los donativos y los recibos de compra de material quedan registrados en una Excel que se actualiza diariamente en la web de Zaragoza Solidaria, «para que nadie tenga duda de la transparencia de esta inciativa», dice Arbizu. Y, aunque según el funcionario, «la mayoría de hospitales no tienen tiempo para agradecimientos cuando nos llega alguna nota, es muy emocionante».

El impulsor de esta idea, que continúa teletrabajando e impartiendo clases online en su academia, se plantea ahora qué ocurrirá con esta iniciativa cuando la pandemia acabe. «He pensado en el día después, porque va a haber una crisis económica bastante importante y algo tendremos que hacer para ayudar a los que lo estén pasando mal en ese momento». Por ello, se muestra convencido de que Zaragoza Solidaria no se extinguirá y que seguirá adelante: «Ayudaremos a todo el que podamos».