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Las tiendas de bicicletas en Zaragoza han disparado sus ventas y sus talleres de reparación se han colapsado ante el aluvión de bicis antiguas y destartaladas que han recibido desde que volvieron a abrir sus puertas y el Gobierno de España flexibilizó las salidas a las calle. El miedo al contagio está provocando que muchos opten por desplazarse en un medio individual, como las dos ruedas y los patinetes, aunque en la mayoría de las ventas se buscan bicis de paseo y ocio.

El miedo a contagiarse de coronaviru y la reducción de los aforos en los autobuses y tranvías va a provocar un incremento en el tráfico rodado. El consistorio quiere evitarlo facilitando los desplazamientos en bicis y patinetes, para lo que ha decidido pacificar 50 calles de la ciudad con el propósito de conectar puntos sin carril bici. Así, aquellas avenidas con más de un carril tendrán el derecho limitado a 30 kilómetros por hora.

Habrá que esperar para ver la respuesta de los zaragozanos pero los propietarios de las tiendas coinciden en que la mayoría de sus clientes buscan bicis mixta y de gama media-baja para dar paseos por la ribera o los Galachos y no tanto para ir al trabajo.

En Trek Bicycle Store no paran ni un minuto y han doblado sus ventas. Acostumbrados a la venta de bicis para profesionales, ahora han tenido que adaptarse al nuevo perfil de ciclistas. «En primavera suelen venir deportistas a poner sus bicis a punto, pero este año como no hay competiciones lo están retrasando y ahora atendemos a gente que lo que quiere es irse de paseo», comentan desde el taller, donde tienen entre 60 y 80 bicis para reparar.Aseguran que les ha beneficiado que no hayan abierto grandes cadenas como Decathlon. «La gente está descubriendo las tiendas de barrio, con buenas bicis por precios parecidos y de mejor calidad», añaden.

En Recicleta tampoco paran y ahora tienen el doble de reparaciones. En primavera es habitual que se incremente este servicio porque con el buen tiempo la gente se anima a salir con la bici, pero este año están superando sus cifras. «Viene mucha gente que llevaba años sin utilizarla y necesita que le arreglemos los frenos, los cambios de marchas o las cubiertas, que están agrietadas de estar tanto tiempo parada en el trastero o los balcones», explican.

Teniendo en cuenta los comentarios de sus clientes y el tipo de bicis que venden, más de paseo que urbanas, no creen que vaya a producirse un incremento en el número de desplazamientos por la ciudad.

Pero este boom ciclista comenzó ya durante los primeros días de confinamiento con la adquisición de bicis estáticas. En La Grupetta ya no les quedan en estoc. Ahora se buscan bicis sencillas y económicas y están vendiendo entre cuatro y cinco a la semana cuando lo normal es hacerlo al mes. También ha variado el tipo de bici. Esta tienda esta especializada y acostumbraba a vender unidades de 3.000 o 4.000 euros y ahora la demanda ha cambiado y se requieren de otras más sencillas y de unos 500 euros.

«Tenemos un mercado totalmente nuevo, que es el de cadenas deportivas grandes con precios muy bajos», explican. Su taller también está colapsado con 35 bicis en la lista de espera para ser reparadas entre las dos personas que trabajan a destajo en el taller de la tienda.

La fiebre ciclista se encuentra con una dificultad y es que las tiendas tienen el aforo limitado por lo que uno debe tener bastante paciencia para conseguir la ansiada bici que le distraiga durante las horas de paseo marcadas por el Gobierno.