Las autoescuelas han vuelto a abrir sus puertas en la fase 2 de la desescalada para reanudar la enseñanza teórica y práctica interrumpida por el inicio del estado de alarma. Tras más de dos meses, los alumnos pueden regresar al aula o volver a practicar sus habilidades de conducción. Sin embargo, ambas lecciones se ven condicionadas por un nuevo protocolo de higiene y prevención que busca evitar el contagio de covid-19. A las clases solo podrá acudir un tercio de su aforo y hacerlo con mascarilla, tanto el profesor como el alumno, así como utilizar gel hidroalcohólico. Esto también será imprescindible para entrar al vehículo, el que además será desinfectado tras cada uso, prestando especial atención a los elementos comunes y el mando del vehículo, y llevar a cabo su ventilación posterior.

La autoescuela Hoy-voy en Zaragoza es una de las que retomaron la actividad el lunes. Su capacidad en aula para 30 alumnos se ha visto reducida a 10, por lo que han adaptado la formación a la vía online. «Ahora, de momento, no hay acumulación, supongo que el número crecerá en verano, que es el punto fuerte de las autoescuelas», explica Esther Patiño, encargada de la atención al alumno. En este centro llevan a cabo varias medidas, una de ellas es tomar la temperatura con un termómetro infrarrojo al alumno antes de entrar en el coche, y en el caso que la temperatura sea superior a 37,5 grados, no podría hacer la clase. Asimismo los coches llevan ozonizadores para mantener el aire libre de bacterias y virus. Herminsul García, uno de sus alumnos, afirma estar más tranquilo porque «toda precaución es buena».

Otras autoescuelas han regresado, pero no han retomado todavía sus clases. Ahora se dedican a prepararse para la próxima semana. «Hemos abierto las oficinas, pero los profesores no se incorporarán hasta la semana que viene, ya que les hemos realizado la prueba de covid-19 para volver con la máxima seguridad posible y nos darán los resultados el viernes», comenta Silvia Gasque, coordinadora de las autoescuelas Zaragoza RACC.

Sus espacios se han delimitado, colocando solo las sillas pertinentes e indicando los huecos que no se pueden ocupar «para que la gente no entre en confusión», describe. Solían tener las aulas abiertas para ir sin necesidad de solicitar la clase, «y ahora nos vemos obligados a tener plazas limitadas y que los alumnos tengan que reservar con antelación», subraya. «Somos otro gremio afectado por esta situación y vamos a tener que trabajar con otra normalidad, pero nos tenemos que adaptar», concluyó.

La autoescuela mantuvo la formación a distancia, facilitando herramientas como una aplicación para hacer test. «Hemos estado haciendo unos challenges con preguntas, y el que mejor lo hacía cada día se llevaba una clase práctica gratis, para tratar de incentivar para que no parase el estudio y aprovechar la situación», manifestó Gasque. En su caso, el número de pruebas se reducirá de 12 diarias a la mitad, o incluso menos, rondando los 3 o 4 alumnos por profesor. Lo que dará lugar a un atasco, ya que ahora solo se examinan de uno en uno, demorando así el proceso y reduciendo la entrega de carnés.

En otros centros, como la autoescuela Roma, también se cancelaron varios exámenes previstos en el mes de marzo, por lo que actualmente se da prioridad a esas personas afectadas y serán las primeras en examinarse en este esperado regreso.