En plena pandemia de coronavirus, los apuntes se dejan en la rejilla. Las academias cuidan cada detalle de la enseñanza presencial para evitar el contagio, aparte de utilizar gel desinfectante, llevar mascarilla y mantener la distancia entre alumnos y con el profesor.

En el centro de estudios Ah!cademia en Zaragoza, los ejercicios ya no se hacen en papel, sino en la pizarra. «Los apuntes que facilitamos ahora los mandamos por correo electrónico y ellos nos plantean hacer foto de las dudas o ejercicios que les proponemos y que realizan en clase en la pizarra», detalla la directora, Rosa Estaún.

Durante el confinamiento, han mantenido la enseñanza a distancia, la que continúa compaginándose con la presencial desde el pasado lunes. Antes, ya trabajaban con grupos muy reducidos, ahora al adaptarse a un tercio del aforo de las clases, han preferido tener máximo dos alumnos por aula. Uno de ellos es Ángel Villanueva, quien desde febrero prepara la prueba de acceso a grado medio. «Está todo bastante bien y muy organizado, y están pendientes de que no haya problemas», asegura. Aunque la mascarilla le es incómoda y «da calor», lo considera necesario.

Él y Alberto Benito, que se forma en las bases de la ingeniería mecánica, han preferido volver a la modalidad presencial porque les resulta más fácil, «es más sencilla la comunicación y se nota la diferencia, además, no tenemos que depender de una mala conexión, que es algo bastante común», opina Villanueva. «Trabajamos con alumnos que preparan pruebas y tienen exámenes, y vienen con mucha presión, a lo que se suma la dificultad de la mascarilla y tener que trabajar en la pizarra y no en sus folios para evitar el contagio», comenta Estaún. Mucha gente ya les llaman para apuntarse. Otros prefieren seguir desde sus casas. Por eso, algunas academias afirman no haber reanudado todavía la formación presencial y continúan enseñando a distancia. Hay otras que han decidido cesar la actividad, como el caso de las dedicadas a escolares.