Pedro Lozano Jiménez recibió el apodo del Rambo de Requena con tan solo 28 años después de poner en jaque a los vecinos de una veintena de pueblos de la Comunidad Valenciana. Su actividad delincuencial comenzó el pasado el 25 de febrero tras la okupación de una vivienda en la pedanía Los Cojos de Requena.

Su modus operandi consiste en entrar en viviendas no habitadas, sustraer comida y robar vehículos, sin importarle hacer uso de la violencia e intimidación. Posteriormente estos coches son abandonados o encontrados siniestrados, el último de ellos en Chelva. El Rambo de Requena tiene como peculiaridad extrae los perdigones de los cartuchos para que sus disparos no sean letales.

Nadie sabía quién podía ser la persona que vivía de esta forma hasta que el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Liria encontró las huellas del ladrón en Chelva tras inspeccionar de forma minuciosa una casa donde durmió varios días y el Land Rover Discovery que sustrajo a un bodeguero.

Eso permitió que a través de Whatsapp se distribuyera entre los habitantes de la zona fotos del fugitivo, lo que permitió identificarle, dado que al principio solo era conocido por el cinematográfico apodo que le pusieron al ver su aspecto (viste ropa paramilitar) y su solitaria y ruda forma de vida en unas montañas de vegetación seca donde no abunda el agua.

La Guardia Civil de Valencia pidió entonces a la compañía de Mora de Rubielos que estuviera alerta ante la relativa cercanía del último lugar donde actuó el fugitivo, Chelva. Asimismo, los ayuntamientos de Arcos de las Salinas y Torrijas comunicaron a los vecinos que estuvieran alerta y, si detectaban la presencia de una persona extraña, lo comunicaran a los alcaldes o al instituto armado. Se peinó la zona.

El pasado 4 de junio, la Guardia Civil descartó que el delincuente conocido como Rambo de Requena fuera visto en Andorra. La alerta la activó un vecino del municipio, que aseguró haber visto a una persona cuya descripción coincidía.