La Brigada Logística (BRILOG) fue la unidad del Ejército de Tierra encargada de apoyar al Ayuntamiento de Albalate de Cinca, tras notificarse 29 casos positivos de covid-19. Un total de 32 integrantes realizaron ayer los trabajos para instalar 41 literas y levantar un comedor de campaña conformado por un conjunto de tres tiendas modulares unidas.

A partir de las 12 de la mañana, el acceso al pabellón polideportivo de la localidad se cerró y quedó controlado por la Guardia Civil. En la parte trasera de esta instalación, la BRILOG descargó un equipamiento de casi medio centenar de literas, que se suma a las 30 camas dispuestas por el consistorio. El comedor de campaña, equipado con mesas y bancos, se situó justo en frente de una puerta trasera del pabellón que conecta directamente ambos espacios, facilitando el acceso y garantizando la privacidad. «Ellos tienen que estar confinados y así es la mejor manera», explicó el capitán Trujillo. La entrada y parte delantera del polideportivo quedó rodeada por vallas con lonas negras, detrás de las que se observó pasear a algunas de las personas trasladadas.

El Ejército respondió así a la llamada de auxilio del ayuntamiento, que consideraba necesaria la intervención del Gobierno para un mejor control de la situación y tranquilidad de la población albalatina, dado que sospechaba verse desbordado si se presentaban más casos en los próximos días. «Es una situación controlada, hemos trabajo en una previsión ante un posible aumento de contagios», explicó el alcalde de Albalate de Cinca, Ricardo Chárlez.

Dado el riesgo que supone la aparición de nuevos casos y el aumento de contagios tras el inicio de los rastreos, «nos puede sobrepasar la situación y por ello reclamamos ayuda», subrayó el alcalde. Ahora la localidad del Cinca Medio cuenta con casi 80 plazas (en literas de dos alturas para una persona), un perímetro de seguridad y un comedor de campaña para usar el pabellón únicamente como dormitorio, que cuenta con espacio para 40 personas más.

Las 29 personas que desde el miércoles se encuentran en el pabellón, tras dar positivo en coronavirus, vivían en un asentamiento ilegal de temporeros, un almacén de poco más de 200 metros cuadrados donde convivían más de 30 personas en condiciones insalubres. «Es una situación que sabíamos que tenía muchas probabilidades de suceder», afirmó el alcalde, quien aseguró que llevaban tiempo trabajando para solucionar este problema, «buscando alternativas para que no conviviera tanta gente allí, tuvieran unas condiciones sanitarias mejores, una vivienda que no se considerara infravivienda, pero no fue posible», dijo Chárlez, que lleva un año y un mes en el cargo de alcalde. Desde su punto de vista, no es momento de lamentarse, sino de dar soluciones y seguir trabajando para dar una alternativa de vivienda.

Asintomáticos

Algunos de los trasladados al pabellón son pacientes asintomáticos y otros presentan síntomas leves. «Me dicen: ¿cómo puedo estar aquí si el sábado estaba jugando al fútbol?», comentó el alcalde. Muchos no comprenden por qué deben permanecer en esta instalación y no están conformes. De hecho, la llegada de los medios de comunicación ayer al lugar generó polémica, porque no querían ser grabados.

Fue el pasado sábado cuando saltó la alarma. En un control sanitario rutinario de Cáritas, se detectó que varias personas del asentamiento tenían décimas de fiebre y alguna de ellas había acudido al centro de salud por malestar. Tras realizarle la prueba PCR y confirmar el primer caso positivo, el domingo se tramitaron el resto de pruebas y se llevaron a cabo el lunes a las más de 30 personas.

El martes por la noche se confirmaron 29 positivos y 3 negativos. «Hicimos una reunión de urgencia, se decidió que el espacio covid destinado en el campo de fútbol con un aforo de 14 personas era totalmente insuficiente», detalló Chárlez. «Los expertos nos dijeron que hay que concentrarlos todos en un mismo local para los controles sanitarios y de presencia, y se decidió que el pabellón», añadió. Allí deberán permanecer durante 14 días, según indicó, y el lugar estará vigilado por seguridad privada y bajo el control del consistorio y la Comarca.

Asimismo, Chárlez consideró que «la gente está tranquila» y apuntó que «ver al ejército aquí da seguridad».

Tres negativos

«Nosotros no tenemos el virus», manifestó uno de los tres temporeros que siguen instalados en el asentamiento ilegal. Aseguraron que les hicieron la prueba de coronavirus y dieron negativo. Además, comentaron que actualmente no trabajan recogiendo fruta.

El alcalde de Albalate de Cinca indicó que no disponen de la competencia para cerrar ese local, «ni para darles una alternativa ahora mismo», dijo.