La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha finalizado recientemente ocho intervenciones para mejorar la capacidad de desagüe en cauces de la provincia de Huesca, en concreto, en los barrancos de La Pila y La Abadía, en Lascuarre; en el barranco Santa Sabina en Enate, en el río Vero en Barbastro; en el río Cinqueta en Saravillo; en el río Calcón en Labata; en el río Formiga en Panzano y en el río Alcanadre en Sariñena.

El organismo suma así un total de 35 actuaciones ejecutadas en cauces de esta provincia en estos meses del 2020, integradas en el proyecto general de conservación de cauces y gestión ambiental de la CHE, y además, en estos momentos está trabajando en otras dos intervenciones en el río Flumen, en Almuniente, ha explicado en una nota de prensa.

Estas acciones han consistido en la retirada de obstrucciones formadas por árboles, ramas secas y otros restos vegetales que al reducir la sección del cauce, impedían la normal circulación del agua, con un mayor riesgo de desbordamiento.

También se han realizado limpiezas, aclareos y podas selectivas en tramos con excesiva vegetación, reperfilados puntuales de márgenes y redistribución de sedimentos que en conjunto contribuyen a mejorar la capacidad de desagüe de los cauces.

En el río Cinqueta, en Saravillo, se han efectuado también plantaciones de estacas y estacones de sauce para consolidar las aportaciones de sedimentos en los taludes. La redistribución de material tiene aquí como objetivo devolver las aguas a su curso original ya que las gravas arrancadas por las avenidas de las antiguas protecciones, se depositaron en la margen derecha, desviando las aguas que invadían fincas particulares.

ACTUACIONES EN CAUCE 2020

La CHE ha detallado que en estos primeros meses del año ha realizado 35 intervenciones de conservación de cauces de la provincia oscense, en los ríos Aragón, Gas, Majones, Fago, Guatizalema, Flumen, Isuela, Sotón, Moro, Cinqueta, Vero y Calcón; en los barrancos de Solipueyo, Nisarre, Eriste, La Abadía y La Pila, así como en humedales en Lalueza y La Clamor de Selgua.

Todos estos trabajos se enmarcan dentro del proyecto de conservación de cauces que la CHE desarrolla en toda la cuenca para detectar zonas potencialmente peligrosas, mejorar la capacidad de desagüe y en caso de avenidas, evitar desbordamientos.

Este proyecto responde a los principales ejes de acción de la CHE definidos para un Ebro Sostenible. El eje 4 es precisamente renovar la visión de la dinámica fluvial, que recoge tanto la necesidad de incorporar nuevas medidas ambientales e implantar caudales ecológicos, como el trabajo para devolver a los ríos el espacio que necesitan.

Los otros cuatro ejes del Ebro Sostenible, que también guían los objetivos de la planificación hidrológica, son la mejora del conocimiento, la mejora de la gestión, las acciones para el buen estado de las masas de agua y la garantía de suministro para usos esenciales.