El cadáver de un pastor de la localidad de Arándiga, en la provincia de Zaragoza, será objeto de la realización de la autopsia para determinar la causa del fallecimiento.

El cuerpo sin vida de E. G. fue hallado este martes en una valla electrificada de las utilizadas para evitar que el ganado escape o se disperse. En un principio se atribuyó la muerte a una posible electrocución, pero no se descarta que el ganadero se sintiera mal repentinamente y cayera sobre los alambres.

E. G., de unos 57 años, era una persona muy querida en Arándiga, donde era propietario de una quesería que lleva su nombre.

«Estaba con el ganado en el monte y lo han encontrado allí, en una valla electrificada», confirmó una vecina de la localidad. «Lo han llevado al instituto de medicina legal de Zaragoza para aclarar la causa de la muerte, pues no es normal que una valla pensada para el ganado pueda electrocutar a una persona», añadió esta misma residente.

La muerte de E. G. causó una honda conmoción en Arándiga, donde se le considera «muy trabajador», según manifestó una persona de la población que no quiso revelar su nombre por razones de anonimato.