La residencia de mayores de Burbáguena acumula ya 49 casos de coronavirus. De ellos, 45 son ancianos residentes en el centro, de los que 14 están ingresados en el Obispo Polanco, y cuatro son trabajadores. Y todavía queda por conocer el resultado de una parte de las PCR que se realizaron a los empleados. Así, el de esta localidad turolense se ha convertido en el asilo con más casos de la comunidad.

Si bien, ayer se conoció otro brote en otra residencia aragonesa, en Chimillas (Huesca). Allí se detectaron 16 residentes contagiados y un trabajador. Por la tarde las autoridades sanitarias estuvieron comprobando la posibilidad de sectorizar el centro para poder aislar a los enfermos. De lo contrario, serán trasladados a un centro intermedio, probablemente el de Yéqueda, que permanece cerrado pero a la espera de recibir internos.

La consejera de Sanidad, Sira Repollés también dio cuenta ayer de la forma en la que se detectó el brote en Burbáguena. Según contó, fue un «hallazgo casual», puesto que el primer caso dio positivo después de haberle realizado una PCR en el hospital tras haber estado dos días ingresada en el Obispo Polanco por un problema digestivo. Los médicos descartaron que el contagio se hubiera producido en el centro hospitaliario, y entonces fue cuando se descubrió el brote.

Por otra parte, la repercusión del municipio tras las declaraciones de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, han provocado un gran malestar. Hasta el alcalde, Joaquín Peribáñez, consideró que desde la residencia no habían actuado con la suficiente lealtad por no informar de lo que ocurría. «Si no nos informan no podemos hacer nada», indicó.

El regidor consideró que desde que tuvieron noticia de los primeros contagios deberían haber seguido un protocolo más lógico, más allá de las relaciones personales que tengan el responsable de la residencia con la política canaria.

Pasado este malestar inicial, destaca que se tiene que encauzar la vuelta a la normalidad. Por el momento, los contagios de los empleados han desbordado al municipio y en Fuentes Claras tendrán que realizar un centenar de pruebas a sus vecinos ya que una de las trabajadoras que han dado positivo en Burbáguena es la propietaria del supermercado. «Existe mucho nerviosismo», manifestó el alcalde, Diego Hernández.

Un familiar de los ancianos ingresados en el centro explicó a este diario que no han recibido más información que la que han encontrado en los medios de comunicación. «No sabemos nada de lo que pasa ni cuál ha sido el primer contagio, lo único­­­­ que nos han contado es que las residentes que han dado negativo están aisladas», manifestó. En todo caso, precisan que desde hace un mes se habían limitado al máximo las visitas.