Un total de 1.252 menores de 14 años se han contagiado de coronavirus en Aragón desde el pasado 26 de julio hasta el día 17 de agosto. En el último mes, los datos de la evolución del covid-19 en la comunidad autónoma revelan que la población infantil afectada por el virus ha ido incrementando con respecto al total de casos, y representa en la actualidad entre un 15 y un 16%, mientras que a finales de julio estaba en el 12%. Pero es difícil de afirmar si ahora el virus afecta en mayor medida a los niños, o si este paulatino aumento de casos responde también a la mayor la capacidad diagnóstica del sistema sanitario.

La presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de Aragón y vicepresidenta de la misma entidad a escala nacional, la doctora Teresa Cenarro, señaló que «estamos en un panorama completamente diferente al de marzo y abril», por lo que no hay certezas sobre si el virus afecta más ahora a los menores, o si en la primera fase de la epidemia no se detectaban tantos casos. Pero los números aumentan a menos de un mes del regreso a las aulas. Y, como dijo este lunes el doctor Fernando Simón, se espera que septiembre traiga una «mezcla explosiva» con la vuelta a las aulas y al trabajo presencial.

Según los datos de Sanidad, desde el pasado 26 de julio se han contagiado de covid-19 un total de 66 bebés menores de un año y 1.186 niños con edades comprendidas entre uno y 14 años. Los porcentajes respecto al total de casos en la comunidad han ido subiendo paulatinamente desde el 12% del pasado 27 de julio hasta el 16% del 15 de agosto. La mayor cifra de contagios entre menores se detectó el 11 de agosto, con 99 casos.

«A escala nacional, el último informe del instituto Carlos III de Madrid del 6 de agosto hablaba de que los menores de 15 años representan el 9,5% del total, cuando en el inicio de la pandemia hablábamos del 1 o 2%», recuerda la doctora Cenarro. «La cifra ha aumentado en todo el país en julio y agosto porque hemos pasado del confinamiento a la desescalada», señaló. En la nueva normalidad, la mayoría de los casos positivos en población pediátrica se han detectado como contactos de sus familiares. «No hay colegio, ni campamentos, ni colonias urbanas, así que la mayoría se contagian en el entorno familiar», dice Cenarro, que explica que «con el aumento del número de casos en la población en general, también sube en los niños». «Ahora detectamos un porcentaje elevadísimo de pacientes porque hacemos 4.000 PCR diarias; en el confinamiento, solo a los graves, porque la capacidad diagnóstica era mucho menor», añade.

SÍNTOMAS LEVES

Lo que casi no ha cambiado con respecto a la primera fase de la epidemia es que el virus no suele producir afecciones graves entre la población infantil. «La gran mayoría de los casos son leves o asintomáticos», manifestó la presidenta de la asociación en Aragón. Diarreas o procesos catarrales «sin fiebre» son los síntomas más habituales entre los niños que los presentan. Desde Sanidad insisten en que «los ingresos de niños por coronavirus representan una parte ínfima del total». Los casos más graves pueden producir neumonías, y suelen estar asociados a patologías previas, como en el caso del menor de 10 años fallecido a principios de junio.

Lo que continúa siendo una incógnita tras seis meses de pandemia es si los menores contagian más que los adultos. «Hay estudios contradictorios a nivel internacional, así que creo que no tenemos la información suficiente para decir una cosa o la contraria», expresó Cenarro.

Pero con la vuelta al cole llamando a la puerta, el aumento de las cifras preocupa en la comunidad educativa. La Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón se ha sumado a los llamamientos al departamento de Educación para «tomar las medidas adecuadas respecto a ratios, espacios y personal docente» así como garantizar la coordinación con los centros salud y personal de riesgos laborales «para que el inicio de curso en septiembre sea seguro, factible y organizado». Un comienzo de curso que, insisten, «no puede volver a depender exclusivamente de la comprensión de las familias y del esfuerzo del claustro para superar una nueva crisis de educación presencial o telemática».