El Ayuntamiento de Zaragoza ha rendido homenaje este domingo a los funcionarios José de Yarza y de Echenique, César Boente Álvarez y Joaquín Octavio de Toledo y Errazu, en el centenario de su asesinato.

El acto de homenaje ha comenzado en el Cementerio de Torrero de la capital aragonesa y posteriormente se ha trasladado al cenotafio del paseo de la Constitución erigido en memoria de estos trabajadores en granito y bronce desde 1924 por el Ayuntamiento de Zargoza donde se ha realizado una ofrenda floral.

La alcaldesa accidental Sara Fernández y el concejal delegado de Personal, Alfonso Mendoza, que han asistido al acto, ha recordado el compromiso profesional y la vocación de servicio público de estos tres funcionarios, que fueron asesinados el 20 de agosto de 1920 en un atentado ejecutado por un anarco-sindicalista, cuando acudían a reparar personalmente el alumbrado público de la ciudad, durante una huelga de electricistas.

José de Yarza y de Echenique desempeñaba la labor de arquitecto municipal desde 1911 y falleció a los 44 años, en plena madurez profesional. Dejó una huella muy visible en el trazado urbano de Zaragoza, como autor de singulares edificios modernistas. Junto a él, también fueron asesinados el ingeniero César Boente Álvarez y el ayudante Joaquín Octavio de Toledo y Errazu, recuerda el consistorio zaragozano en una nota de prensa.