La muerte de una menor de 4 años a manos de su padre ayer por la noche en el zaragozano barrio de Delicias pudo deberse a un brote psicótico del progenitor. Es la hipótesis principal con la que trabaja la Policía Nacional, después de que en el 2019 un forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) le declarara inimputable en una causa judicial abierta en su contra por intentar agredir con un martillo a sus compañeros de trabajo.

Ocurrió en mayo del año pasado en el interior del Parque de Atracciones de Zaragoza en el que Nosa Churchill O. trabajaba realizando labores de mantenimiento. Según fuentes consultadas por este diario, en aquel momento llegó a estar ingresado en el área de Psiquiatría del hospital Clínico Lozano Blesa de la capital aragonesa durante 15 días. Los facultativos del hospital definieron su estado como un paciente que presenta tintes maniformes del afecto que podría ser secundaria a unas ideas delirantes de tipo megalomaniaco, mesiánico y místico. Todo ello fue resumido por el especialista del IMLA en un trastorno psicótico agudo de desconexión con la realidad.

El diagnóstico forense conllevó que este hombre de 34 años y de origen nigeriano viera cómo el Juzgado de Instrucción número 6 de Zaragoza decidiera archivar la causa por un delito de amenazas. Un hecho que conllevó que no se celebrara un juicio en el que podrían haberse acordado medidas como el tratamiento farmacológico o el ingreso en un centro especial de salud mental.

«Soy hijo de Dios»

En el atestado policial de los hechos ocurridos en el lugar de trabajo del supuesto infanticida resaltan los gritos que este hombre realizaba mientras trataba de agredir a sus compañeros. «Soy Jesús y mi padre es Dios» fue una de las frases que verbalizó junto a «hay que atacar al hombre que es muy mala persona por causa del demonio».

Pero a estas afirmaciones se unen las que el arrestado señaló al forense en su entrevista psiquiátrica en las que carga contra su esposa a la que ya no consideraba su mujer, además de dudar de la paternidad de sus hijos, alegando de nuevo cuestiones religiosas.

Si estos hechos ocurrieron en mayo del 2019, el 3 de abril de ese mismo año la madre de la niña asesinada y pareja sentimental del ahora arrestado decidió interponerle una denuncia. Fue ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza, después de que fuera expulsada del domicilio familiar tras una fuerte discusión en la que le espetó que sus hijos, la niña de 4 años y un niño de 2, no eran suyos.

La jueza llegó a decretar un auto al día siguiente en el que otorgaba la custodia de los menores a la madre y establecía un régimen de visitas en un punto de encuentro familiar a la espera de que se celebrara el juicio. La vista oral se señaló el 11 de abril por un delito leve de vejaciones, pero ninguno de ellos acudió a la cita. Acabó siendo absuelto. Todo ello derivó en un expediente social en la Casa de la Mujer en el Ayuntamiento de Zaragoza.

Todos estos antecedentes penales y policiales, unidos a la historia clínica, explicarían el ataque sorpresivo que sufrió la pequeña de 4 años, tal y declaró la madre en dependencias policiales. De hecho, llegó a bajar a la calle semidesnuda con la niña en brazos mientras se desangraba para pedir ayuda a los viandantes.

Degollada

La menor murió sobre la 01.00 horas en el hospital Materno Infantil de Zaragoza después de que los sanitarios del 061 consiguieran estabilizarla y trasladarla a dicho centro sanitario. Antes fue asistida por los primeros en llegar al número 76 de la calle Domingo Ram del barrio Delicias, una patrulla de paisano de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón.

Como adelantó EL PERIÓDICO, el infanticidio por degollamiento ocurrió sobre las 23.00 horas en el piso familiar. Una llamada de auxilio de una vecina al 091 puso en alerta a la Policía que al llegar descubrió que el sospechoso se había fugado. Rápidamente se puso en marcha un operativo especial que consiguió detener una hora y media después a Nosa Churchill O. Estaba en la calle Infantes de España, a cuatro kilómetros del lugar del crimen. Hoy declarará ante la Policía asistido por la abogada Carmen Sánchez Herrero.

El detenido vivió de la mendicidad

Nosa Churchill O. llegó hace diez años a España, donde vivía de la mendicidad en las calles de Madrid. Una persona le conoció y decidió que su vida tenía que cambiar, ayudándole a encontrar trabajo. Lo consiguió, se trasladó a Zaragoza y formó una familia.