TRIBUNALES
El matricida de Fuentes de Ebro niega la agresión y apunta a un desmayo
La Guardia Civil asegura que le pegó con un objeto contundente / Una médica destaca que el acusado tenía trastornos mentales y que no se medicaba

El matricida de Fuentes de Ebro niega la agresión y apunta a un desmayo
L. M. G.
Julio Pérez Lapeña se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Zaragoza por, supuestamente, matar a su madre en enero del 2019 en Fuentes de Ebromatar a su madre en enero del 2019 en Fuentes de Ebr. Su estado mental hace que ni la Fiscalía ni la acusación pidan una condena de prisión, pero este hombre de 44 años mantiene desde el momento de su detención que es inocente. Ayer lo repitió ante los miembros del jurado popular constituidos para debatir este caso.
Pérez Lapeña, a quien los medios de comunicación no pudieron escuchar su declaración por un fallo de la señal institucional que ofrece el TSJA, aseguró que jamás la agredió y aquel 9 de enero menos. Según fuentes judiciales, el encausado destacó que él se despertó y que vio a su madre sentada en las escaleras. No le dio importancia y se fue a tomar un café fuera y a comprar un paquete de tabaco. «Al volver, mi madre estaba durmiendo en el sofá», aseveró a preguntas de su abogado Carlos Javier Giménez Villanueva, quien le asiste en el Turno de Oficio.
Un letrado defensor que incidió a lo largo de la vista oral que tanto por el relato de la víctima como por las pruebas analizadas por el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Zaragoza esta mujer de 75 años sufrió un desmayo, se pegó contra la cabeza con uno de los bordes de la escalera y que se fue ya herida al sofá, donde fue hallada muerta horas después por una de sus hijas.
Sin embargo, los investigadores, tanto los de Policía Judicial como los del Laboratorio Criminalístico, rechazaron esta teoría y apuntaron a que el acusado tuvo que emplear «un objeto contundente» que le llegó a hundir el cráneo en la parte posterior. Para reforzar su teoría, los agentes destacaron que observaron sangre proyectada y no un charco en suelo, lo que demostraría «que recibió un golpe por la espalda». Esto motivó un debate con el abogado de Pérez Lapeña que destacó que solo había una gota en la zona en la que, al parecer, fue agredida y que el resto estaba en el sofá.
ATRINCHERADO
A este respecto, los investigadores quisieron resaltar que esta persona abandonó la vivienda familiar tras cometer el crimen y que luego estuvo otras cuatro horas atrincherado. Hasta 86 veces intentó contactar con él el negociador del instituto armado, pero no les contestó. Tiempo en el que pudo destruir pruebas. De hecho, afirmaron que un objeto pudo haberse empleado en el acometimiento podría ser un palo de madera que, posteriormente, habría destruido en la calefacción que encendió.
La médica de Fuentes de Ebro, Blanca Nonay, también descartó que la causa de la muerte fuera un desvanecimiento, tanto por la lesión que presentaba como porque, en su opinión, «la medicación que tomaba estaba bien prescrita y desde hace un tiempo, por lo que no se tenían que haber producido unos cambios así de repente».
También se refirió al estado mental del acusado, describiéndolo como una persona que sufre un trastorno de personalidad ansiosodepresivos, si bien había dejado de tomar la medicación. Recordó que cuando entró en la vivienda, tras ser llamada por la hija que halló a su madre muerta, el procesado les echó de casa amenazando «con darles con un tarugo (madero) en la cabeza». Se fueron y se atrincheró. Hoy sigue el juicio. El fiscal y el abogado Ángel Ricardo Jiménez Jiménez piden 15 años de internamiento en un centro.
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