Las consecuencias del coronavirus en la comunidad

La indefinición para decretar los confinamientos genera dudas

La población empieza a cuestionar la eficiencia del control perimetral al carecer de un patrón a seguir / No hay un esquema fijo y se siguen tres variables: incidencia, tendencia y agrupamiento de casos

La indefinición para decretar los confinamientos genera dudas

La indefinición para decretar los confinamientos genera dudas

ANA LAHOZ

A todo el vocabulario novedoso que ha traído consigo la pandemia del coronavirus se ha sumado, en los últimos meses, otro nuevo concepto: el confinamiento perimetral. Hasta ahora, el único que la sociedad conocía y había experimentado era el más duro y extremo, ese que determinó el estado de alarma durante tres meses en España y que llevó a una paralización total de la actividad.

Sin embargo, con la llegada de la nueva normalidad y la reactivación, poco a poco, del sector laboral, económico y escolar se ha visto en el confinamiento perimetral una medida sanitaria y de control positiva para frenar la expansión del virus. Pero, ¿qué criterio sigue Salud Pública para decretar estos confinamientos? ¿Por qué se han aplicado ahora en localidades como Ejea de los Caballeros y Andorra y no antes en Fraga, Caspe o Zaragoza capital?

La ciudadanía tampoco tiene claro cuál es el modelo que determina esta decisión y eso genera dudas, además de confusión, entre muchos residentes aragoneses. Lo cierto es que no existe un esquema ni una norma que detalle, en números absolutos y de manera estadística, cuando tomar la decisión. «No contamos con una pauta, sino que manejamos tres variables: incidencia, tendencia y agrupamiento de casos. No hay límites establecidos, pero sí algunas referencias epidemiológicas que nos llevan o no a adoptar decisiones», explica a este diario el Director General de Salud Pública, Francisco Javier Falo.

La incidencia y la tendencia son «las que hacen adoptar la medida», pero ambas «condicionadas» por el agrupamiento de los contagios. «En una población de 100 habitantes cuando pasas de cinco a 10 casos sube mucho la incidencia, pero porque el denominador es muy pequeño y ahí con medidas de control y vigilancia se contiene el brote. Sin embargo, en zonas de 7.000 u 8.000 habitantes hay que aplicar otros razonamientos porque, además, se han producido microagrupamientos de 8, 10 o 20 contagios que nos sitúan en otro panorama», dice Falo.

Entonces, ¿por qué los municipios de la Franja y la zona oriental de Aragón no vivió confinamientos perimetrales en julio pese al alto número de contagios? La respuesta, según Falo, es clara: «la diferencia recae en qué entonces teníamos muy focalizados los brotes en los temporeros, en una acción laboral, y ahora tenemos una transmisión comunitaria ligada al ocio, a las relaciones sociales y al ámbito familiar», apunta.

En la reducción de estas, dirigidas principalmente a la asistencia a espacios públicos y privados, es donde está la clave. «En Ejea y en Andorra las incidencias han tenido saltos muy altos, se han multiplicado por dos veces y media de una semana a otra y está estrechamente vinculada a esos momentos de ocio. Nos está costando atajarlo, pero no tiene nada que ver con lo que sucedió en las comarcas de Huesca. Allí aplicamos la fase 2, con medidas restrictivas, y las dos semanas la pendiente se modificó. La transmisión no era similar», recalca Falo.

Es decir, que un número considerable de habitantes y muchos contagios en un mismo núcleo no es motivo para el confinamiento perimetral mientras no entre en escena otra variable determinante como son los agrupamientos o la transmisión social.

En Zaragoza, descartado / El problema, por tanto, recae fundamentalmente en las reuniones sociales y en la celebración de las ‘no’ fiestas en muchas localidades. «En el ámbito del ocio es cuando puedes probar medidas de confinamiento porque prácticamente lo único que limitas es el movimiento social, ya que lo imprescindible y básico (sanidad, educación y trabajo) se está permitiendo. En consecuencia, si en el ámbito laboral, escolar y sanitario se está protegido y con las medidas de seguridad, se reduce la transmisión y la afección únicamente se produce en ese ocio festivo donde las medidas no se guardan», argumenta el Director General de Salud Pública. Sin embargo, Falo también añade que esto «no significa» que el confinamiento se pueda aplicar «de manera sistemática» porque «hay situaciones donde esas mismas medidas hay que aplicarlas de otra manera»,

Es el caso de las grandes ciudades, donde aplicar esta medida restrictiva «es imposible» y se requiere de otras fórmulas como una mayor vigilancia o control domiciliario, como ya se hizo en Zaragoza. «Es verdad que en la capital el efecto inicial llegó con los temporeros, luego estalló la situación en Delicias y se extendió la transmisión intrafamiliar, pero el confinamiento de barrios es algo que nunca nos planteamos. Confinar Delicias es prácticamente imposible. Las medidas de caracter general no afectan igual a todo el mundo, sobre todo en poblaciones vulnerables. En los barrios populares, por así decirlo, hay que tener cuidado», explica.

Cuestión de tiempo / La vuelta a los colegios «daba mucho miedo», ha reconocido Falo, pero las pruebas PCR_realizadas en estos entornos han dado positivos por debajo del 0,1%, mientras que los positivos en las PCR_de entornos comunitarios superan el 10%. Es decir, que el riesgo es 100 veces inferior en la escuela», explica.

El director general hace una valoración «positiva» de las medidas adoptadas en Aragón e indica que «el tiempo dirá» qué evaluación real se debe hacer de estas acciones. «Estamos contentos porque cuando las hemos aplicado hemos alcanzado fases meseta y hemos reducido la incidencia» señala el director general.

«El escenario es nuevo. Antes de la pandemia nunca nos habíamos confinado, nunca habíamos vivido en un estado de alarma. Lo que está claro es que no podemos volver a paralizar la actividad en el país y debemos jugar con medidas más moderadas y no drásticas. Esto no es cuestión de confinarnos y ver cómo baja la curva en picado, porque eso no es real», remarca Falo.

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