Más de 400 fotografías a pie de pista de atletas menores de edad en las que solo se veían las piernas y las nalgas. Eso es lo que descubrió en el móvil de un vecino de Zaragoza la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Jefatura Superior de Policía de Aragón cuando le detuvieron al ser pillado haciendo fotos a una universitaria en el interior de una biblioteca. Una prueba injustificable que llevó a este cincuentón, identificado como R. M. y sin antecedentes penales, a reconocer los hechos.

No solo confesó, sino que aceptó una condena de 7 años (un año por cada delito de descubrimiento de secretos). Inicialmente afrontaba 17 años y medio. Sin embargo, R. M. no ingresará en prisión puesto que la jueza accedió a dejar en suspenso la condena si durante ese tiempo no vuelve a delinquir. Una condición nada baladí, ya que este hombre llegó a quebrantar este año 2020, en dos ocasiones, una orden de prohibición de acceder a las bibliotecas de Zaragoza.

Una medida cautelar que le impuso el instructor de este caso puesto que la investigación inicial partió de la denuncia de una estudiante que pilló a R. M. haciendo fotos de sus piernas y de su zona genital. Llevaba un pantalón corto.

La Policía Nacional que investigó a este hombre observó que actuaba en el Centro de Atletismo de Deporte, en bibliotecas como la de Doctor Cerrada o la María Moliner de la Universidad de Zaragoza, así como en el tranvía, locales comerciales y en lugares públicos. Su obsesión: hacer fotos sin autorización de piernas.