Bajo el nombre de Bella o Dulce Ángel y ayudada de fotos sugerentes, Hendangelin Candy Arrieta, sedujo a través de la red social Badoo a tres hombres para que tuvieran una cita sexual con ella en la zaragozana localidad de Pedrola. Desconocían las víctimas que iban a ser secuestradas y extorsionadas a base de golpes para quedarse con todo lo que llevaban encima. Dos de esos contactos podrán contar lo que sufrieron, mientras que un tercero, un empresario vasco, fue enterrado vivo. Por todo ello, la Fiscalía Provincial de Zaragoza pide 58 años de prisión para la joven venezolana de 34 años de edad, la misma pena para su novio Mohamed Achraf y otros 16 años para José Antonio Meléndez que, supuestamente, participó en uno de los asaltos.

En el escrito de acusación que realiza el ministerio público se detalla que estas personas se sentarán en el banquillo de la Audiencia de Zaragoza como supuestos autores de los delitos de asesinato, detención ilegal, robo con violencia y lesiones, tenencia ilícita de armas, pertenencia a grupo criminal y extorsión en grado de tentativa.

El hallazgo del cadáver de José Antonio Delgado en el paraje Juan Gastón, entre Pedrola y Pozuelo de Aragón el 27 septiembre del 2019 puso orden al rompecabezas con el que trabajaban la Unidad de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil y la Unidad Central Operativo (UCO) del instituto armado después de que dos hombres denunciaran unos hechos que eran propios de un guión de un thriller. Secuestros, descargas eléctricas, palizas en lo que parecía una nave mientras estaban maniatados a una silla y con los ojos tapados... eran parte de los relatos de la investigación.

El primero en caer en la trampa de la banda fue un camionero rumano a quien Candy, su novio y un amigo de la pareja, que estaba de permiso penitenciario de la cárcel de Castellón, propinaron, supuestamente, golpes y descargas eléctricas, lo amordazaron e inmovilizaron atándolo con bridas de manos y pies. Fue el 26 de julio de 2019. Después, le robaron su coche, un Renault Clío, que desguazaron, su teléfono móvil y 55 euros. Fue su primer botín, tras conocerse en Badoo.

Era poco dinero así que decidieron probar con gente de mayor edad. La acusada cambió su perfil y añadió una nueva característica: "Me gustan los maduritos". Y en menos de 24 horas cazó a otro hombre, este un empresario de 58 años de Tudela (Navarra), divorciado, al que la mujer atrajo con unas fotos que no se correspondían con la realidad.

El hombre, representado por el abogado José Cabrejas, que también lleva la acusación de la primera víctima, viajó en tren hasta Pedrola para tener sexo con ella, pero además de Candy, en la estación le esperaba el novio de la chica. Ambos, según el fiscal Rafael Soteras, le golpearon en la cabeza con una llave inglesa, le fracturaron el peroné, lo ataron, lo metieron en el maletero de un coche y le quitaron su tarjeta de crédito apuntándole con una pistola. Tras este ataque, Candy y Mohamed se hicieron con un botín de 650 euros en efectivo, un reloj, un teléfono móvil y unas gafas graduadas. El otro, según la investigación, no participó.

Entrerrado vivo

Quien tuvo menos suerte fue José Antonio Delgado, de 50 años y también separado, que se desplazó en su Mercedes desde Getxo (Vizcaya). En este caso la violencia fue mucho mayor, ya que no solo le agredieron salvajemente, tal y como señala el informe del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), sino que decidieron enterrarlo vivo. Le quedaba un hilo de vida, pero decidieron echarle la tierra caliza de la zona encima, provocándole una angustiosa muerte, tal y como adelantó en su día EL PERIÓDICO.

Todo ello para robarle 1.500 euros y un Mercedes de alta gama que vendieron luego por internet por 10.000 euros. El comprador del vehículo quedó con el propio Mohamed Achraf en el párking del Mercadona de Utebo para que conociera el vehículo. Le interesó.

La Guardia Civil encontró, meses más tarde, durante los registros en la nave donde vivían Candy y su novio, un palo de golf, unas gafas graduadas y una bolsa de viaje de la marca Emporio Armani, que el empresario llevaba en su coche cuando la pareja lo asaltó. Los agentes recuperaron del váter de la casa varias joyas del fallecido, entre ellos, una cadena dorada y una alianza, de las que la venezolana había intentado deshacerse mientras inspeccionaban la vivienda.

No fueron las únicas pruebas que los investigadores evidenciaron, ya que también recuperaron el Renault Clío desguazado, los teléfonos móviles, además de poder analizar las cámaras de seguridad de los cajeros automáticos en los que los miembros de la banda sacaron dinero con las tarjetas de sus víctimas. Mohamed Achraf llevaba una pulsera antimaltrato por unos incidentes con su expareja. El GPS marcó cada movimiento que realizó en esta historia de robos, extorsiones, secuestros, sexo y hasta un asesinato.

Ahora, tras la presentación de este escrito de acusación, deberán hacer lo propio el abogado de dos de las víctimas, José Cabrejas, y de la defensa, Alejandro Sarasa.