Los investigadores de Aragón no dudan de la efectividad que tendrá la vacuna ni ponen en cuestión su seguridad, a falta de saber cómo se comportará en las primeras semanas, cuánto durará el periodo de inmunización o cuáles serán sus efectos tras las primeras inoculaciones. La vacuna llega para normalizar la vida y controlar el covid-19, que se quedará para siempre pero actuará de la misma manera que otros como la gripe.

Adrián Velázquez, miembro de la Real Academia Nacional de Medicina e investigador Araid, ve la solución «más cerca» con las vacunas que están en marcha, pese a la inquietud que ha generado la cepa británica, que ha comenzado a extenderse por otros países y ya ha llegado a España, con cuatro casos conocidos en Madrid. «Es normal que en un virus vayan apareciendo distintas cepas».

«Normalmente surgen de forma más o menos continua. La mayoría de las cepas no llega a nada, pero hay casos en los que alguna mutación concede una ventaja al virus y lo hace más contagioso o se replica más rápido y se extiende en la población. Pero eso ha ocurrido con todos los virus, los que nos afectan y los que no nos afectan, que a veces mutan muy rápido», dice Velázquez, que entiende que no necesariamente habrá que cambiar las vacunas que ya están en marcha.

«Cuando generamos anticuerpos frente al virus o la proteína del virus que está incluida en estas vacunas, no generamos anticuerpos frente a una única región del virus sino frente a múltiples regiones. Si se acumulan bastantes mutaciones, al cabo del tiempo sí que habría que reformular la vacuna». No obstante, en el caso de las vacunas RNA sería «bastante sencillo» adaptarlas a un nuevo tipo de virus.

Velázquez, que lidera el proyecto Fármacos frente al SARS-Cov-2, cree que es muy probable que el virus se quede. «Si la vacuna es muy eficaz, como el caso de la viruela o el sarampión, es posible que se dé el caso, pero hoy en día es difícil predecir eso, sobre todo teniendo en cuenta que no sabemos tampoco dónde se esconde el virus, de qué animal surgió, de qué reservorio, de qué región exacta...», dice el investigador Araid, que la considera «un tipo de vacuna más segura» que otras, aunque pueda generar problemas de alergias o alguna reacción extraña.

Sin embargo, remata Velázquez, «no creo que vaya más allá de unas décimas de fiebre o un pequeño malestar de un par de días».

«Los efectos adversos no son suaves»

«El problema no es hacer la vacuna, que se hace rápido. El problema es probarla y que funcione. De momento, al principio funciona», explica Nacho de Blas, profesor del Departamento de Patología Animal en la Facultad de Veterinaria de Zaragoza. «Ha habido muchas prisas porque todos querían ser el primero en venderlas. Por el camino han caído varias, como la de Australia, que la han tenido que quitar por falsos positivos para el sida».

«Ahora estamos más acostumbrados al proceso por el seguimiento mediático, pero normalmente no va tan rápido, ni hay tanta inversión ni porcentaje de éxito. Exigen mucho más para autorizar una vacuna», cuenta el epidemiólogo, que no está seguro de que compensen los efectos adversos en la gente joven. «A la población de riesgo, de más de 65 años, a lo mejor le interesa vacunarse a cambio de los efecto adversos que tenga . En el caso de la gente joven que no enferma, igual es peor el remedio que la enfermedad».

De momento, los efectos adversos que hay «no son suaves precisamente». Según las mismas empresas, que siempre tienden un poco a reducir los datos, «hay un 40% con fiebre, dolores musculares o fatiga. Y todo esto sin saber cuánto va a durar la inmunidad. Si hay que volver a vacunar en octubre, ¿con qué vacuna? ¿Volver a vacunar con la misma o con otra? ¿Y qué pasa si te vacunas con otra distinta?», explica entre las dudas De Blas, que considera normal que surjan cepas como la de Inglaterra, más agresiva. «Parece ser que se transmite con más rapidez, pero tampoco está muy demostrado. Sí que es cierto que en pocas semanas se ha hecho la variante más dominante circulando en una población, pero eso ya pasó con la cepa aragonesa que se extendió por toda Europa», afirma el epidemiólogo, que da «por hecho» que el covid-19 «nunca» se irá «y vamos a tener que convivir con él» aunque poco a poco se convertirá en un virus más.

«Para España es importante que llegue a Latinoamérica»

Santiago Ramón-García, uno de los investigadores Araid del Gobierno del Aragón que trabaja en un grupo que trata de encontrar compuestos que sean efectivos frente al covid-19, advierte que el virus será «difícil» erradicarlo pero no tanto «controlarlo» durante los próximos meses, en los que considera «importante que la vacuna se extienda más allá de las fronteras de Europa.

«En el caso de España, por ejemplo, es muy importante que llegue a Latinoamérica porque tenemos un flujo migratorio muy grande», dice el investigador, que entiende que el coronavirus acabará siendo «como la gripe, supongo», pero ahora mismo «es difícil saber cómo va a evolucionar» porque es una enfermedad «muy nueva». Eso sí, está seguro de que las vacunas ayudarán a controlar la mortalidad «muchísimo».

Más allá, la cepa que al parecer vuela desde las islas británicas encuentra un punto de atención en Ramón-García, si bien «no hay ningún motivo por el que vaya a afectar a la vacuna, según dijo el CEO de Pfizer», ya que «los virus evolucionan, van cambiando» como pasa con la gripe, cuya incidencia, como la de otras enfermedades respiratorias, «ha bajado de una manera brutal» debido a que la gente tiene más precaución. «Hay menos contactos, más preocupación, se usan más las mascarillas... Igual que cortamos la transmisión del covid, cortamos otras. Y creo que la gente va a seguir siendo precavida».

No hay que cantar victoria, no obstante, porque enero y febrero «serán complicados e imagino que habrá otro repunte antes de que las cosas vayan a mejor» y el covid-19 acabe siendo como la gripe, «con campaña y vacunas que sirven para proteger no solo a uno mismo sino a los demás».

Respecto a los efectos secundarios que puede provocar, «los ensayos clínicos se han hecho con 40.000 pacientes», algo nada frecuente, por lo que no parece «que vaya a haber problemas», concluye el investigador, que recomienda vacunarse «siempre que sea posible".