Dos bares de Pedrola, el Nido y La Perla Negra, como punto de venta de cocaína y como instrumento para blanquear el dinero procedente de dicha actividad ilícita. Esa la conclusión de la Guardia Civil y la Policía Nacional que ha dado por finalizada la operación Nidal Fullatre que permitió desarticular una banda organizada dedicada al tráfico de drogas en la comarca de las Cinco Villas. Su cabecilla protagonizó una persecución de película a 200 kilómetros por hora por las calles de Pedrola con un bebé a bordo del vehículo, tal y como adelantó EL PERIÓDICO.

Unos detalles que acaban de salir a la luz, después de que el titular del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza haya levantado el secreto de sumario. Tres de los cuatro arrestados, J. M. S. B., J. M. M. E. y F. E. A. G., ingresaron en prisión , si bien G. A. F. quedó en libertad provisional. Como consecuencia de ello, los agentes intervinieron 1.001,93 gramos de cocaína en la vivienda del cabecilla; 15 dosis de cocaína preparada para su venta en el domicilio de uno de los detenidos de Tauste; numerosos elementos para la preparación y venta de esta sustancia y 11.309 euros en efectivo, intervenidos casi en su totalidad en el domicilio del responsable de la red.

Tanto el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Zaragoza como el Grupo I de Estupefacientes de la Jefatura Superior de Policía de Aragón estaban detrás de estas personas por diferentes informaciones. De hecho, durante el transcurso de la investigación, uno de los integrantes de la supuesta red, J. M. M. E., estuvo a punto de morir tras ser apuñalado en el cuello. Su agresor, J. L. R. M., conocido como El Sevillano, fue detenido El Sevillanoy está procesado por tentativa de homicidio. La primera consecuencia de ello es que el coche del sospechoso apareció ardiendo a la mañana siguiente. Todo fue por un ajuste de cuentas derivado de la venta de drogas.

Como resultado de la investigación llevada a cabo durante casi un año, los agentes pudieron determinar que esta organización criminal, compuesta por cuatro personas, se dedicaba a la venta de sustancias en las comarcas de Ribera Alta del Ebro y Cinco Villas, actuando desde las localidades de Tauste y Pedrola en cinco puntos diferentes, tratándose de domicilios de los propios miembros, un inmueble situado a las afueras de Tauste y dos establecimientos de hostelería que eran regentados por la compañera sentimental del principal cabecilla de la red, situados en Pedrola. De hecho, El Nido está frente al instituto lo que, según los investigadores, trataba de atraer a los estudiantes de la localidad. G. A. F. actuaría como testaferra y que, gran parte de los beneficios obtenidos de esta actividad ilícita se destinaban a la adquisición de propiedades con la finalidad de blanquear el dinero.

El cabecilla de la organización era el encargado de obtener la sustancia estupefaciente, principalmente cocaína, para suministrarla a los otros miembros y éstos distribuirla entre personas de su confianza de diversas poblaciones. Además de la distribución también realizaba la venta a otros conocidos con los que guardaba relaciones de amistad.

Los otros dos integrantes de la organización, realizarían la venta al menudeo de la cocaína a multitud de personas residentes en diversas localidades de las comarcas mencionadas. Una actividad que desarrollaban guardando fuertes medidas de seguridad para evitar ser interceptados por los investigadores.

A los cuatro detenidos, 3 hombres y una mujer, de edades comprendidas entre los 51 y 35 años, nacionalidad española excepto la detenida, de nacionalidad rumana, se les imputan varios delitos.

Al cabecilla de la red, delito de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública por tráfico de drogas, blanqueo de capitales, atentado grave contra agente de la autoridad y otro contra la seguridad vial.

A la pareja sentimental, pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales y contra la salud pública por tráfico de drogas.

Al tercer detenido (víctima en febrero del homicidio en grado de tentativa) pertenencia a organización criminal, contra la salud pública por tráfico de drogas y delito de resistencia y desobediencia con resultado de lesiones. Este último delito debido a que en el momento de la detención opuso resistencia y lesionó a uno de los agentes en una mano.

Al último detenido se le imputó pertenencia a organización criminal y contra la salud pública por tráfico de drogas.