La advertencia judicial estaba sobre la mesa: si volvía a comunicarse con un abogado de Zaragoza para acosarle o amenazarle iba a ser detenido y enviado a prisión. Y así ha sido, no sin antes atentar contra los agentes de la Policía Nacional que fueron a arrestarle a su casa.

La medida cautelar contra S. D. Z., de 37 años, la impuso el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, después de que el letrado Marco Antonio Navarro dijera basta a meses de recibir, día sí y día también, mensajes a su móvil y llamadas a su despacho que pudieran circunscribirse en el delito de acoso y en el de amenazas que marca el Código Penal. Fue detenido y el juez le impuso una orden de alejamiento a menos de 200 metros ni comunicarse con él de ninguna forma. Lo incumplió y Navarro acudió a la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en el barrio del Actur para hacerlo constar.

Ante ello, una patrulla se trasladó a su vivienda, si bien no le gustó la presencia policial. Les recibió, según el atestado, con insultos e intentando huir del lugar. A ello se sumó la pareja sentimental de S. D. Z., quienes de forma simultánea dieron patadas a los agentes que intentaban reducir al hombre. Al conseguirlo, el otro hombre se introdujo en la casa y se encerró. Como consecuencia de ello, los agentes sufrieron lesiones en las manos. Por protocolo, ante la fuerza empleada para poderlo capturar, el arrestado fue trasladado al hospital provincial, momento en el que S. D. Z. comenzó a amenazarles con que iba a averiguar dónde viven para «ir a por sus familias». «Cuando os vea os voy a sacar las tripas y a vuestras mujeres las voy a violar y os apuñalaré por la espalda». No sin antes dar una patada en el pecho a uno de los policías cuando le introducían en el vehículo,

Tanto el quebrantamiento de la medida cautelar como el atentado a los agentes llevaron al juez instructor a decretar la prisión provisional, comunicada y sin fianza contra este hombre que ya fue condenado por acosar y amenazar a miembros de la Guardia Civil y de la Policía Local de la localidad zaragozana de Utebo con los que estaba obsesionado. Fue Marco Antonio Navarro quien ejerció de acusación particular del caso, hecho que no debió de gustar a S. D. Z. que inició el supuesto acoso que está siendo investigado. El magistrado tuvo en cuenta los antecedentes, los hechos que protagonizó y el hecho de tratar de evitar la reiteración delictiva o que pueda atentar contra bienes jurídicos de la víctima.

S. D. Z. presenta, según informes forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), un «trastorno antisocial de la personalidad» con un cuadro de desarrollo «deliroide/delirante de perjuicio y persecución» por la Guardia Civil que padece el acusado y le aplicó la eximente incompleta de alteración psíquica. Junto a estos hechos, tiene pendiente responder por un delito de atentado contra agentes de la Policía Nacional en Zaragoza, ciudad en la que ahora reside. En su ficha policial hay otros delitos como lesiones, daños, desobediencia a la autoridad o contra la seguridad vial.