El centro de educación especial Alborada de Zaragoza, situado en el barrio del Actur, recibirá la semana que viene los materiales necesarios para poder trabajar con la conocida como Jaula de Rocher, Jaula de Rocher,una estructura que permite a los alumnos de este centro recibir terapias y tratamientos les ayudan a recolocar su postura. Los elementos suspensorios necesarios para que funcione los ha comprado la junta de distrito del barrio junto con la empresa Master D, mientras que el centro ya contaba con el esqueleto de la jaula.

El alumnado del Centro Alborada está compuesto por chicos y chicas de entre 3 y 21 años con discapacidades en los ámbitos de la percepción e integración sensorial, en el ámbito motriz y en ámbito intelectual y de la conducta. En total hay 102 personas matriculadas y fue la dirección del centro la que se puso en contacto con la junta de distrito para pedir ayuda. El presidente de este organismo es el portavoz de Podemos en Zaragoza, Fernando Rivarés.

«Desde el principio se interesaron por nosotros y se ofrecieron a ayudarnos», explica ahora Ana Rodríguez, secretaria del centro. En cuanto a las cantidades, el valor de los objetos adquiridos asciende hasta los 900 euros, de los cuales 300 los ha aportado y la junta de distrito y 600, Master D.

Los elementos ya comprados llegarán a lo largo de la semana que viene y provienen de Guadalajara, de un centro especializado en este tipo de terapias.

La Jaula de Rocher (o jaula de poleoterapia) es el nombre de una estructura funcional con forma de jaula y de unos 4 o 5 metros cuadrados que posibilita el tratamiento de pacientes con parálisis cerebral y trastornos neuromotores, sobre todo en fase temprana de rehabilitación. La jaula necesita de numerosos elementos de suspensión y amarre para el tratamiento que consiste en la estimulación de movimientos mediante la suspensión del paciente. En este centro lo utilizan en el servicio de fisioterapia para tratar a los alumnos de lo necesiten.

En el colegio se cursan las siguientes etapas: Educación Infantil Especial (de 3 a 6 años), Educación Básica Obligatoria (de 6 a 18 años) y Transición a la Vida Adulta (de 18 a 21 años).

Además de la falta de materiales como los ahora adquiridos, en el centro Alborada están sufriendo mucho los efectos de la pandemia. «La organización de nuestro colegio es muy dinámica y nos basamos en programas flexibles en los que alumnos de diferentes etapas se juntan, pero ahora hemos tenido que minimizar eso y los grupos son estables para evitar contagios. Tampoco estamos realizando salidas al entorno porque son personas muy vulnerables», explica Rodríguez.