El Instituto Aragonés de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón ha asumido temporalmente la custodia de la bebé de dos meses a la que los médicos diagnosticaron múltiples fracturas óseas que conllevaronla detención de los padres. Una decisión adoptada por el magistrado titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, mientras los forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) emiten un informe que aclare si pudo haber maltrato físico o no.

La detención de los padres, V. R. D. R. y V. P. M., de 31 y 27 años, ambos de origen español y sin antecedentes policiales ni penales, se produjo, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, después de que el hospital Materno-Infantil de la capital aragonesa activara el protocolo de posible maltrato, dando aviso de ello al juzgado de guardia.

Su titular, el magistrado Alfonso Tello, mandó al Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que procediera al arresto de la pareja tras recibir el informe médico de la niña. En él, los sanitarios que atendieron a la menor hicieron constar que presentaba cinco fracturas óseas en las extremidades inferiores, una rotura subaguda en la clavícula derecha y dudosas fracturas en la quinta y séptima del arco costal. Asimismo, añadieron como «posible» una lesión antigua en la cabeza.

Por todo ello, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía acudieron por la noche al domicilio de la pareja, en el zaragozano barrio de Las Fuentes, para proceder a la detención de ambos, quienes no mostraron ningún tipo de resistencia.

Ante los investigadores, la pareja señaló que eran padres primerizos y negó haber maltratado a la niña. No obstante, asistidos por sus abogados, Juan Pablo Roy y Víctor Cabrera, afirmaron que en los días previos estaban sometiendo a la niña a una serie de masajes para mejorar el tránsito intestinal.

También tomaron declaración como testigo a la abuela, quien aseguró que es una pareja normal, sin problema alguno de convivencia y que la primera extrañada por todo lo que estaba aconteciendo era ella.

V. R. D. R. y V. P. M. tan solo estuvieron un día en dependencias policiales a la espera de pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Zaragoza que en ese momento estaba en funciones de guardia. Su titular acordó la libertad provisional a la espera de el Grupo de Homicidios recabe más pruebas y de que el Instituto de Medicina Legal de Aragón se pronuncie sobre si esas lesiones que presentaba la bebé son compatibles con los masajes que los progenitores afirmaron haber realizado o, por contra, pueden encuadrarse en un episodio de malos tratos. Es por ello que ambos jóvenes de 31 y 27 años continúan imputados como presuntos autores de un delito de lesiones graves en el ámbito familiar. Mientras, a la menor está en los Servicios Sociales.