El equipo de Medicina Nuclear del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza ya ha realizado más de 4.000 exploraciones para la detección del ganglio centinela a pacientes que padecen cáncer de mama.

Esta técnica ayuda a conocer el grado de extensión de la enfermedad para determinar el tratamiento más eficaz y personalizado para cada caso.

La doctora Dolores Abós, jefa de Unidad Multihospitalaria de Medicina Nuclear de Aragón, explica que lo que se hace al detectar el ganglio centinela es buscar el primer ganglio al que llega el drenaje linfático del tumor, es decir, al que llegaría inicialmente la propagación tumoral.

"Los médicos nucleares lo identificamos, guiamos la cirugía y cuando los ginecólogos o los cirujanos lo extirpan, el servicio de Anatomía Patológica lo analiza", añade Abós en una nota de prensa del departamento de Sanidad del Gobierno de Aragón.

Según el resultado de este análisis, se determina si se puede evitar la linfadenectomía axilar o no.

Hasta finales del siglo XX era muy habitual que, en los pacientes con cáncer de mama, predominantemente mujeres, se extirparan todos los ganglios linfáticos de la axila cuando se detectaba y se operaba un tumor de mama maligno, pero esa intervención podía tener unos efectos secundarios molestos y en algunos casos trágicos para algunos pacientes, recuerda Abós.

"Se podían producir -añade- linfedemas del brazo, edemas linfáticos que podían tener una morbilidad muy importante con dolores, y en ocasiones graves trastornos funcionales que empeoraban significativamente la calidad de vida de los pacientes, en general de las mujeres, las principales afectadas por estos tumores".

Con el paso de los años se comprobó que una estrategia más conservadora en la extirpación de los ganglios no mermaba la supervivencia, siempre que hubiera pruebas que permitieran aportar información sobre la posible extensión del tumor en el momento del diagnóstico.

La incorporación de la tecnología de Medicina Nuclear fue clave para realizar este diagnóstico ya que con una técnica mínimamente invasiva se consigue reducir significativamente las linfadenectomías.

A través del Comité de Mama, un equipo multidisciplinar -formado por especialistas en Ginecología, Cirugía de Mama, Cirugía Plástica y Reparadora, Oncología Médica y Radioterápica, Radiodiagnóstico y los citados Anatomía Patológica y Medicina Nuclear- estudia cada caso de cáncer de mama y decide de forma individualizada y personalizada las mejores opciones de diagnóstico y tratamiento para cada tumor.

Entre otras decisiones, también se estudia cuándo es necesario realizar la técnica de detección del ganglio centinela.

La primera intervención validada de ganglio centinela para cáncer de mama se realizó en el Servet en 2005 y las pasadas Navidades se alcanzaron las 4.000.

"En este tiempo, el avance tecnológico nos ha ayudado a mejorar, a simplificar los procedimientos y a incrementar nuestra sincronización con todos los equipos implicados en la atención a estos pacientes, en su inmensa mayoría mujeres", concluye la especialista.