Emume significa Equipo Mujer-Menor y son los especialistas de la Guardia Civil en investigar casos de violencia de género, infracciones de menores, agresiones y abusos sexuales, trata de seres humanos y pornografía infantil. Unos agentes que se enmarcan dentro de la Policía Judicial y que tratan siempre los casos más graves que ocurren a lo largo y ancho de la provincia.

En Zaragoza el responsable es el cabo primero José Luis Sanz. En sus manos siempre lleva una cámara de vídeo con la que graba a las víctimas, especialmente cuando son menores. Los agentes que conforman el Emume han recibido una importante formación psicológica, así que suelen emplear esta herramienta para analizar casos como las violaciones que un menor puede estar sufriendo en su entorno familia. La última que llevaron a cabo tuvo lugar en Tarazona. La víctima una niña de 9 años que, según la denuncia de su madre, la pequeña había sido agredida por su pareja sentimental en días tan destacados como Nochebuena o en la Noche de Reyes. Sobre este caso no quiere dar ningún detalle porque está judicializado, pero sí confirma que emplearon la cámara de la que no se despega.

«A un niño no le puedes preguntar como a un adulto. Tratamos de saber cuáles son sus gustos o aficiones y en muchos casos jugamos con ellos hasta que ganamos su confianza y les vamos sacando la información sin que les traumatice», afirma Sanz, quien añade que «no sería lógico estar con una carpeta y un boli apuntando, así que se graba y luego analizamos».

Ver las caras de las víctimas cuando cuentan algo es, según reconoce, «fundamental». «Luego vendrá un informe de los forenses que digan si hay credibilidad o no en el relato, pero nosotros tenemos que investigar donde no hay testigos. Es difícil, aunque se acaba sabiendo», asegura.

Para este investigador es muy importante «no desvirtuar» las declaraciones introduciendo términos que un niño no emplearía nunca. Por ejemplo, si una menor no habla de pene o vagina ellos no los nombran como tal. «Es muy importante porque hay que hilar muy fino porque el hecho ha podido consistir en roces o refrotes y no haber habido penetración», apunta.

Espontaneidad

De hecho, para el responsable del Equipo Mujer-Menor de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza lo más importante en la toma de declaración es la «espontaneidad». En adultos reconoce que es «más fácil» a la hora de declarar, pero ellos siempre analizan el componente de veracidad. «Tomamos manifestación de lo que nos cuentan y luego se analiza», asevera.

A eso se añaden inspecciones oculares, recaban informes y toman declaraciones en el entorno.

Sanz explica que antes de que ellos asuman un caso ya ha habido unos compañeros del cuerpo que han realizado las primeras pesquisas. «En la Guardia Civil todos estamos especializados en tratar un caso de violencia de género, pero a nosotros nos llaman cuando es muy grave», recalca. También hay casos en los que ellos precisan de la colaboración de los especialistas Emume de los servicios centrales del instituto armado, quienes se dedican en exclusiva a esta especialidad de violencia que sufren los más débiles.

Pero como resalta Sanz, ellos y Madrid son el último eslabón de la cadena porque antes está el agente perteneciente al acuartelamiento del municipio de turno. «La proximidad que ellos dan es fundamental, especialmente en pequeñas localidades donde es uno más y se entera de todo», defiende, apelando a la confianza.

Junto a la violencia machista el Emume también hace frente a los delitos que sufren los menores a través de las nuevas tecnologías. «Estamos viendo un incremento porque cada vez es mayor el número de niños que tienen acceso a las redes sociales porque la edad ha descendido», lamenta, mientras pide a los padres que actúen al igual que actuarían «si sus hijos de 11 años les pidieran salir a la 01.00 horas a la calle a dar un paseo. ¿A que no les dejarían solos? Pues en las redes es igual, se debe estar encima y esforzarse por aprender para saber usar las herramientas que ellos emplean».

A todo ello suman otra labor:_la protección, seguimiento y asesoramiento a las víctimas.