El plan parecía perfecto por la coartada, pero después de cuatro meses de investigación la Guardia Civil lo ha descubierto y ha detenido a los autores del atraco a una sucursal bancaria de Cosuenda. Se trata de un vecino de la localidad que se hizo pasar por un cliente y de sus dos sobrinos, de 15 y 16 años, a los que previamente recogió en el colegio para llevarlo a cabo. Consiguieron un botín de 1.680 euros.

El asalto se produjo el 17 de noviembre del año pasado a las 13.30 horas, si bien lo habían intentado seis días antes pero la entidad perteneciente a Caja Rural de Aragón se encontraba cerrada al público. Aquel día, Josemari, que es como conocen en el pueblo al ideólogo del plan, acudió a un instituto público de una localidad cercana, donde le estaban esperando los dos menores de edad. Los recogió y los trasladó hasta un almacén del municipio perteneciente a la comarca del Campo de Cariñena, donde los adolescentes se cambiaron de ropa, cubriéndose las caras con una careta y una bufanda. Igualmente se armaron con una escopeta recortada y una navaja, y el adulto los llevó hasta la parte trasera del banco.

Una vez allí, el tío de los jóvenes, de 39 años, llamó al timbre a fin de que le abriesen la puerta, simulando ser un cliente más. En ese momento, los chicos accedieron al interior de la sucursal, encañonaron al empleado y sustrajeron 1.680 euros en efectivo, huyendo a la carrera por las calles de la localidad, mientras el adulto simuló ser víctima del atraco.

A los agentes del puesto de Muel de la Guardia Civil les explicó que iba a sacar dinero tranquilamente cuando aparecieron dos personas «con acento español» que le pusieron el arma en el costado y le dijeron: «Tira para allá». La sucursal estaba cerrada, pero el empleado conocía al cliente así que se fío de él y le abrió la puerta. Ellos se encontraban escondidos detrás. Fue acceder al interior cuando le dieron un fuerte empujón que casi le tiran al suelo y exigieron el dinero que tenía a mano el bancario. En total, 1.680 euros. Tras el golpe, los jóvenes se fueron corriendo hacia la zona del cementerio.

De inmediato fueron activadas patrullas de Seguridad Ciudadana, Tráfico y Policía Judicial que acudieron al lugar para tratar de dar con los sospechosos. Comenzaba la operación Kanakaz llevada a cabo por la Guardia Civil que en ese momento no sabían era que Josemari, el testigo de los hechos, les había dado cobertura a los atracadores puesto que eran sus sobrinos. De hecho, tras dar su versión de lo ocurrido se dirigió al almacén en el que se encontraban los dos menores y los devolvió a su casa.

La investigación llevada a cabo por el instituto armado permitió concluir que los autores del mismo eran Josemari y sus dos sobrinos de 15 y 16 años. Previa autorización judicial, los agentes realizaron una entrada y registro en el almacén empleado como escondite y vestuario, hallando las armas y ropas utilizadas en el atraco, otras dos escopetas y munición. El dinero ya se lo habían gastado.

Ante estas evidencias la Benemérita llevó a cabo la detención e imputación de los delitos de robo con intimidación, tenencia ilícita de armas y tenencia de armas prohibidas. Los menores fueron puestos a disposición de la Fiscalía especial que acordó la libertad vigilada de ambos, siendo entregados a sus progenitores. En cuanto a Josemari, de 39 años, el magistrado titular del Juzgado de Primera Instancia y Único de Daroca acordó la prisión provisional, comunicada y sin fianza.