Aragón es más verde que nunca energéticamente hablando. El 2020 ha sido un año plagado de hitos y cifras récord en el despliegue de energías renovables, cuya producción cubre por primera vez y de forma más que sobrada todo el consumo eléctrico autonómico, algo de lo que pueden presumir pocos territorios en toda Europa. Se trata de uno de los pocos sectores que se ha librado de los zarpazos económicos de la pandemia. Mantiene una pujanza deslumbrante, con innumerables inversiones, constantes compraventas de activos y nuevos operadores que desembarcan en las tres provincias, sobre todo en las de Zaragoza y Teruel. Prueba de ello son los casi 1.000 megavatios (MW) de parques eólicos y fotovoltaicos puestos en servicio el pasado año, según los datos provisionales facilitado por Red Eléctrica de España (REE).

Con esta potencia verde se ha suplido casi todo el hueco que ha dejado el cierre de la térmica de carbón de Andorra, que el pasado 30 de junio desconectó del sistema sus 1.056 megavatios. Todo ello consolida el protagonismo de la comunidad en el proceso de descarbonización de la electricidad que se libra a nivel español y europeo.

La mayor parte de esta nueva capacidad renovable corresponde a la energía eólica, en la que Aragón se ha convertido en el segundo productor nacional cuando hace solo año ocupaba el quinto puesto. Supera los 4.000 megavatios de esta tecnología (en concreto, 4.075), tras sumar 817 con los aerogeneradores conectados a la red en el 2020, una cifra solo superada por Castilla y León (6.268 MW), una comunidad que dobla en superficie a la nuestra. En crecimiento de este sector ha sido fulgurante, ya que en dos años se ha duplicado la potencia instalada para producir electricidad con viento.

Verde

También ha escalado posiciones la otra gran energía verde, la solar fotovoltaica, que marcó también un máximo histórico en su despliegue por el territorio, con un extra de 176 megavatios, lo que ha hecho que ya haya rebasado por primera vez la barrera de los mil (1.115 MW). Este dato es deslumbrante si se tiene en cuenta que Aragón jugaba un papel testimonial en esta tecnología hace solo dos años, con apenas 169 megavatios instalados. Ahora es el quinto mayor generador tras haber multiplicado casi por siete la potencia en menos de 24 meses. Por delante se sitúan las cuatro regiones del sur de España (Andalucía, Extramadura, Castilla-La Macha y Murcia), a priori son más propicias para la instalación de estas plantas energéticas.

Entre ambas energías renovables, Aragón ha conectado 993 megavatios en el sistema eléctrico español durante el 2020 —a falta de contabilizar los datos de noviembre y diciembre—, lo que equivale a la demanda de luz de unos 800.000 hogares. De esta manera, es la segunda comunidad autónoma que más potencia verde puso en servicio. La primera fue Extremadura, con 1.320 MW más, todos ellos de fotovoltaica. El avance experimentado llega tras un 2019 que fue todavía más pletórico, con 1.931 megavatios puestos en servicio (1.161 de eólica y 769 de fotovoltaica).

Así las cosas, la comunidad mantiene una posición de liderazgo en el despliegue de energía limpias a nivel estatal, al tiempo que ha dado un paso de gigante en los objetivos de descarbonización con el cierre de la térmica de Andorra el pasado verano. Esto tiene su reflejo en el balance eléctrico. La producción de las renovables (hidráulica, eólica, fotovoltaica y biomasa) en Aragón ha alcanzado su máximo histórico con 10.242 gigavatiovs hora (Gw/h) generados en los diez primeros meses del 2020, lo que supone un incremento del 58% (3.700 Gw/h más) respecto al mismo periodo del 2019. Este volumen de electricidad de origen 100% verde permite cubrir ampliamente toda la demanda regional de luz, que fue 8.388 Gw/h entre enero y octubre. Este indicador bajó un 7,1% en términos interanuales y marcó uno de sus niveles más bajos en décadas debido a la parálisis de la economía y las restricciones en el primer estado de alarma.

Al margen del efecto asociado al coronavirus, la generación renovable fue tan abundante que supera de forma abrumadora (el 122%) el consumo de los hogares, comercios y empresas de la comunidad, que acentúa así su perfil como exportador de electricidad.

Lejos de estancarse, las previsiones apuntan a que el crecimiento de las energías verdes se acelerará en los próximos años. Red Eléctrica (REE) cuenta en estos momentos con 12.498 megavatios de generación renovable -lo que equivale a más de 12 gigavatios- con permiso de acceso a la red, de los que 8.215 son de fotovoltaica, 4.158 de eólica y 125 de otras tecnologías, con datos hasta el 31 de diciembre. De ellos, 11.451 tienen una mayor maduración al contar también con la autorización de conexión. A estas cifras hay que sumar las solicitudes para otros 2.040 MW que están en estudio, cuyo encaje será difícil ya que la mayor parte de los puntos de conexión están copados. La avalancha de proyectos ha sido tal que REE ha denegado permisos para más de 20.000 megavatios.

La DGA tiene en tramitación casi 11.000 megavatios más de sol y viento

El Gobierno de Aragón ha tenido un papel clave en la eclosión de las energías renovables y el liderazgo que tenido la comunidad en los últimos años en este sector al haber sido más ágil que otros territorios en la tramitación de los proyectos. Pero el reto burocrático sigue vigente, ya que los tiempos apremian en este mercado y el volumen de inversiones pendientes de autorización sigue siendo descomunal. De los 12.498 megavatios verdes que hay en tramitación en el territorio -con permiso de acceso a la red-, la mayor parte (10.997) lo gestiona la DGA, que tiene sobre la mesa 338 parques fotovoltaicos (7.635) y 98 eólicos (3.361). Para que lleguen a ser una realidad, deberán obtener la declaración de impacto ambiental antes del verano del 2022, según la nueva regulación del Gobierno central.