Apenas hay días sueltos en el calendario en el que el edificio del antiguo Centro Mercantil no celebre una efeméride. Este edificio, situado en la calle del Coso de Zaragoza, en el corazón de la capital aragonesa, es una de las joyas escondidas de la ciudad. Y no por su deslumbrante arquitectura, fácilmente apreciable desde el exterior, sino por la cantidad de historias que atesoran sus paredes

Ahora, si todo va bien y llegan dosis suficientes, el conocido popularmente y erróneamente como casino mercantil será una de las sedes en las que se emprenda la campaña de vacunación masiva contra el covid. Otro hito más en la historia de una construcción única que ahora alberga la sede de la Caja Rural de Aragón. Esta no será, de todas formas, la primera vez que el edificio sirve para una función sanitaria porque en el pasado, en una situación de más urgencia que ahora, se utilizó como hospital de sangre para los heridos durante la guerra civil (1936-1939).

El origen de este edificio está en un palacio del siglo XVI, la antigua casa de Juan de Coloma, quien fue el impulsor de la construcción. A pesar de que su nombre no sonará a muchos, Coloma, nacido en Borja, fue el secretario del rey Juan II de Aragón, el padre de Fernando el Católico, y entre sus (cuestionables algunos) logros está la redacción del decreto de la expulsión de los judíos de la Corona de Aragón; la instauración de la Santa Inquisición en este mismo territorio; la anexión del Rosellón y la Cerdaña francesa a la Corona; y la financiación, de manera íntegra, del tercer viaje de Cristobal Colón a las Indias. Todo eso hizo un borjano del siglo XVI que fue banquero y el culpable primitivo de que el Coso vaya a poder acoger, por los grandes espacios que alberga el edificio, una sede de vacunación en pleno centro de Zaragoza.

Uno de los salones del edificio / ÁNGEL DE CASTRO

Después de Juan de Coloma, este palacio pasó por las manos de tres familias nobles hasta que la casa se alquiló al Centro Mercantil en el 1876, quien finalmente compra el edificio en 1910. La decisión de instalarse allí no fue casual, puesto que de esta manera se situaban justo en frente del que entonces era el Casino Principal (en el actual palacio de Sástago), sede de la nobleza contra la que la pujante burguesía que impulsó el Centro Mercantil quería rivalizar.

Con el simbólico fin de dejar claro que estaban por encima de la aristocracia, el Centro Mercantil le encarga en 1910 al arquitecto Francisco Albiñana que dote a la antigua casa Coloma de la fachada más bonita de Zaragoza y, no menos importante, de una planta más, lo que permitiría al edificio situarse por encima de su rival, el Casino Principal. Las obras concluyen cuatro años después y su éxito es hoy más que evidente.

Diferentes estilos

De entonces queda la cuidada fachada modernista que le consagró en el 2018 como el segundo edificio de este estilo más bonito de España según la revista de diseño AD Spain, solo por detrás de la casa Lis en Salamanca y por delante de la casa Batlló del maestro Gaudí en Barcelona. El logro de Albiñana no fue bien recompensado, puesto que nada más comenzar la guerra civil fue fusilado por rojo y por masón. Por esto se dice, además, que el edificio del antiguo Centro Mercantil está plagado de referencias masónicas.

Más allá de la tragedia, durante los años 20 y 30 el modernismo dio paso al Art Déco, un estilo fácilmente identificable en el interior. Las lámparas que hoy iluminan el salón de actos en el que se procederá a la vacunación son de esa época, así como un montón de obras de arte que los que vayan a inmunizarse tendrán la suerte de contemplar. De entonces son las conocidas como escaleras de la concordia, diseñadas por el arquitecto Íñiguez, culpable también del aspecto actual del salón de actos del edificio, un espacio que transporta a otro tiempo y en el que han conferenciado grandes como Joaquín Costa, Delibes, Azorín, Virginia Wolf, Ortega y Gasset, Jacinto Benavente y Sender.

La fachada actual / ÁNGEL DE CASTRO

Y es que hasta los años cuarenta este salón fue el centro de la vida cultural de Zaragoza, aunque con la llegada del franquismo los debates literarios se cambiaron por actos de exaltación a la División Azul. Entonces comenzó su decadencia, que terminó cuando el edificio volvió a abrir en el 2004, tras más de una década abandonado, convertida en la sede de una caja que sigue siendo hoy.

Más de un siglo de historia y espejos de más de 100 años serán testigo ahora de otro hito de nuestra era. La vacunación contra el covid, si llegan las dosis, tendrá lugar en el antes concurrido salón de actos de este edificio, al que Sanidad ya ha dado su visto bueno por su gran capacidad y sus numerosos cuartos y habitaciones que podrán servir para tener usos durante la campaña de inmunización. Así, los ciudadanos que tengan la suerte de acudir a este centro, se llevarán dos regalos: defensas contra el coronavirus y la suerte de haber compartido espacio con lo más granado de la Zaragoza de principios del siglo XX.

Salón de fiestas para Albert Einstein

Desgastadas están las escaleras de mármol que dan acceso al interior del antiguo Centro Mercantil en la calle del Coso de Zaragoza de la cantidad de gente que las han pisado. Los que tengan la suerte de tener que vacunarse en este lugar podrán disfrutar de uno de los espacios más emblemáticos de Zaragoza, en el que se han celebrado numerosísimos actos. Sin ir más lejos, el próximo día 13 se cumplen 98 años desde que el científico Albert Einstein celebrara en uno de los salones del edificio su 44 cumpleaños. Asimismo, el gran salón de actos que servirá para inocular la esperanzadora vacuna fue sede en 1953 para un campeonato de España de gimnasia, que ganaron los hermanos Joaquín y Elena Blume.

Pero sin duda, uno de los grandes que habitó este edificio fue, antes de todo aquello, el gran Basilio Paraíso, que fue presidente del Centro Mercantil durante 25 años. Su despacho se conserva casi intacto y está justo antes de entrar en el salón de actos. Desde allí, Paraíso impulsó en 1886 la Cámara de Comercio de Zaragoza, la exposición Hispano-Francesa de 1908 y otras muchas políticas que transformaron el Aragón de comienzos del siglo XX. Además, en 1898, Paraíso presidió en el auditorio del edificio la primera reunión de todos los presidentes de las cámaras de comercio del país con la intención de «levantar el ánimo de la nación» tras la pérdida de las últimas colonias de ultramar desde la capital aragonesa, «corazón de España», se lee en las crónicas de la época.

Fue en los años 60 del siglo pasado cuando comenzó la decadencia y los socios del Centro Mercantil comenzaron a alquilar espacios para poder conseguir dinero. De esa época muchos zaragozanos conservan fotos de sus bodas en los salones del edificio, aunque en los 70 también acogió los primeros mítines políticos en democracia.