La crisis interna de Ciudadanos se ha saldado en Aragón con un cierre de filas alrededor del proyecto de Inés Arrimadas, la cuestionada presidenta de la formación liberal tras el abandono de un buen numero de afiliados en toda España. En la comunidad consideran que el seísmo que ha sacudido al partido tras estallar sus alianzas de gobierno en varias autonomías no se tiene que repetir, pues según destacó el secretario de Comunicación y diputado en las Cortes de Aragón, Carlos Trullén, «el PP de Aragón no es el PP de Murcia» y todos están comprometido con la estabilidad institucional.

El partido convocó ayer en su sede de Zaragoza a los miembros de la dirección a una reunión urgente para analizar la situación institucional en la que se remarcó que los pactos de gobernabilidad que se han suscrito en la comunidad no corren «ningún tipo de peligro». Un mensaje que lanzaron tanto de puertas para adentro como de puertas para afuera. «En Murcia se han producido situaciones excepcionales que no vamos a dejar que afecten a la estabilidad política en Aragón», destacó.

Además, quisieron escenificar que la formación todavía mantiene su vigor ideológico y su sentido electoral gracias al espacio que ocupa. «Tenemos un proyecto de centro liberal, liderado por Inés Arrimadas, que significa tender puentes a los dos lados del espectro ideológico, así como defender los ataques a la libertad que llegan por parte de nacionalistas y populistas», indicó. De este modo consideran que serán capaces de «frenar la polarización que se está viviendo en España» al estar acostumbrados «a trabajar con moderación».

Desde el partido indican que en Aragón están trabajando en esta línea, algo que les permitirá mantener un rumbo fijo a pesar de la entrada de su actual líder, Daniel Pérez Calvo, en el núcleo duro de la dirección estatal. «Este cambio nos permitirá estar más posicionados en la estructura nacional y también nos servirá para reforzar el comité autonómico, pues somos los garantes de la estabilidad política», dijo.

Desde Cs destacan que en este año han sido capaces de apoyar presupuestos en diferentes instituciones y con partidos de diferente signo político. Gracias a sus votos se han aprobado las cuentas del Gobierno de Aragón (impulsadas por el PSOE, CHA, Podemos y el PAR) así como las de los ayuntamientos de Huesca, Teruel y Zaragoza. También lo han hecho en las diputaciones provinciales. «Nuestro trabajo en tiempos de pandemia tiene que ser por el bienestar de todos los aragoneses, no podemos estar mirándonos el ombligo a pesar de lo que nos digan», ha reiterado.

Pesos pesados

La salida de pesos pesados de la estructura estatal, como la del que fuera secretario de organización, Fran Hervías, no irá aparejada de cambios en el núcleo duro autonómico. «La unidad es absoluta y creemos que se va a transmitir a todas las instancias del partido», señaló Trullén. Algo que no implica condonar las culpas de las personas que se han bajado del barco y de las que por el momento ninguna es aragonesa. «Aquí todos somos críticos, lo que no podemos asumir es que se consideren críticos a los afiliados que se están marchando al PP, eso no es ser crítico, eso es ser conservador y no tener problemas con la corrupción política», señaló.

En Aragón las «voces críticas» se intentarán gestionar «siendo conscientes del partido en el que estamos», estableció. La reunión, celebrada en Zaragoza de forma presencial, sirvió para trasladar un mensaje de ánimo. «Tenemos el gran objetivo de volver a ilusionar a la gente, pues tanto España como Aragón necesitan un proyecto que busque la moderación», concluyó.

En las próximas semanas habrá que ver si la estructura soporta las sacudidas que se esperan con la llegada de nuevos ciclos electorales en las comunidades en las que los pactos han saltado por los aires.