D. S. compareció ayer ante la Sección VI de la Audiencia de Zaragoza tras haber permanecido dos años encarcelado en Zuera, sin juicio, por haber agredido sexualmente a su hija menor de edad, que es huérfana de madre y está tutelada por los Servicios Sociales de la DGA. El acusado, además, grabó distintos actos sexuales con la menor que la Policía encontró en un ordenador y en un pendrive, en una operación desarrollada en abril del 2019.

El ministerio público solicitó que se prorrogue dos años más la prisión provisional, dado que está acusado de un delito «muy grave» y que podría haber riesgo de fuga. La acusación particular se sumó a esta petición y subrayó que el imputado «reconoce los hechos».

"Las cosas pasaron"

Por su parte, el abogado defensor se opuso a alargar la permanencia en la cárcel, a la espera de que se celebre el juicio, alegando que el periodo de encarcelamiento suplementario «no es proporcional ni objetivamente necesario». «Hay otras medidas más acordes con la situación, como la obligatoriedad de comparecer en el juzgado en las fechas señaladas por el juez y el alejamiento supervisado», argumentó el letrado.

El acusado tomó la palabra al final de la vistilla, celebrada conforme al artículo 505 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y mostró su disconformidad con la prórroga de la prisión. «Las cosas pasaron», reconoció D. S.. «No quiero que la niña se preocupe, no soy tan malo como parece», añadió.

«Nunca le haría daño», agregó el imputado cuando el presidente de la sala le preguntó si tenía algo que decir en relación con la petición de las acusaciones de que se prolongue su estancia en la cárcel al haber transcurrido los dos años preceptivos, por el tipo de delito, sin haberse celebrado todavía la vista oral.

«La he cuidado desde que tenía un año», explicó, en referencia al temprano fallecimiento de la progenitora y al hecho de que el resto de la familia de la menor vive en otro país.