Hace dos años los vecinos de la localidad minera de Escucha se sobresaltaban ante la detención del que fuera en aquel momento su alcalde y, a su vez, el médico del municipio. Sobre Luis Fernando Marín no pesaba una sospecha de corrupción como suele ser habitual en los cargos públicos que acaban sentados en la parte trasera de una patrulla de la Guardia Civil, sino una denuncia por abusos sexuales de su empleada del hogar. Esta acusación hizo que Ciudadanos (Cs) le expulsara de sus filas y que dejara de ser alcalde. Ahora la Audiencia Provincial de Teruel acaba de archivar el caso.

Los magistrados de la Sección Única de este tribunal señalan que la declaración de la denunciante ha sido durante la instrucción «manifiestamente insuficiente». «Falta toda corroboración periférica de naturaleza objetiva a juzgar por el informe del Instituto de Medicina Legal último donde consta que no puede observarse en la denunciante lesiones físicas ni psíquicas que puedan asociarse a su relato ni secuelas», señalan.

Destacan que ella «se limitó a describir unos tocamientos en el pecho y en las nalgas desde que empezó a trabajar para el investigado de mayo del 2019 a noviembre del 2019», lo que a juicio de la Audiencia «no está lo suficientemente contextualizado», además de que «cuando se refiere a uno de los episodios ni siquiera la llegó a tocar». Pero va más allá y tienen en cuenta el testimonio de su madre, quien dijo que la hija, al volver de trabajar y de las visitas al investigado como médico de cabecera en el centro de salud de Utrillas, no detectó en ella ningún síntoma, volvía con normalidad».

Esa relación laboral y de médico paciente colisiona, según el tribunal, con el expresado miedo para que la denunciante «haya tardado seis meses en denunciar la lesión a su integridad sexual y que haya continuado padeciéndola, de forma continuada, sin resolver su contrato de trabajo; aún más inexplicable resulta que acudiera a ser atendida por él como médico de cabecera desde mayo del 2019 hasta incluso después de haber interpuesto la denuncia».

Por todo ello, la Audiencia de Teruel decide dar la razón a Luis Fernando Marín, que estuvo defendido por el penalista zaragozano José Luis Melguizo. Asimismo, asevera que «no se aprecia error en la decisión de la jueza instructora de Calamocha».

Pero no es el único archivo del exregidor de Escucha con respecto a esta mujer, quien se querelló contra él por acceder a su historia clínica sin estar autorizado y prevaliéndose de su cargo y profesión. Los jueces señalan que los delitos de descubrimiento y revelación de secretos exigen que se obre de una forma claramente maliciosa para conocer la intimidad de la otra persona, cuando en este caso el investigado accedió al expediente sanitario, una en el mes.

«He sufrido mucho, esto no es el ‘caso Nevenka’»

Luis Fernando Marín respira tranquilo tras dos años de lo que popularmente se conoce como «pena de banquillo». «He sufrido mucho porque mi caso no es el de Nevenka, a la que apoyo totalmente y que ahora ha vuelto con la serie de Netflix», señala el exregidor de Escucha que estuvo acusado de abusos sexuales y que le valió ser expulsado de Ciudadanos y de la Alcaldía. «¿Quién me devuelve a mí todo lo que he perdido después de esa denuncia?», señala.

Marín recuerda como si fuera ayer el momento en el que el Equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil «me hizo foto de frente, otra de perfil y me cogió las huellas como si fuera un delincuente». «Ahora tendré que pedir que borren todo eso porque se ha comprobado que no lo soy», afirma. De aquellos primeros días también destaca «el detalle» de que el instituto armado no fuera a detenerle al centro de salud la noche en la que estaba de guardia. «Esperaron al día siguiente y luego me dejaron en libertad para que me citara la jueza a la que acudí y a la que agradezco su profesionalidad y respeto en todo momento», recalca. También tiene palabras de agradecimiento para su abogado defensor, José Luis Melguizo.

Marín tiene la sospecha que lo que le ocurrió fue «que alguien quería sacarlo de la Alcaldía». No tiene pruebas, pero insiste en que «nada en esta vida es fortuito».

Dejó de ser el primer edil por Cs de Escucha, pero siguió como médico en el centro de salud de Utrillas. «Admito que tras la denuncia me daba, como decirlo... respeto, la forma de tratar a mis pacientes. Yo soy muy campechano y el hecho de que saliera algo así en los medios de comunicación me hizo protegerme hasta el punto de pedir a enfermeras que estuvieran presente en las exploraciones», recalca. No obstante, señala que el primer día reunió a todo su equipo, les dijo que saldría inocente porque era todo mentira y «el tiempo le ha dado la razón»