En la imparable carrera hacia la electrificación del automóvil, los 13 millones de puestos de trabajo que crea esta industria en Europa podrían peligrar si esta sigue dependiendo de Asia para el abastecimiento de baterías. La Unión Europea (UE) es consciente de ello y ha puesto en marcha muchas iniciativas para impulsar una industria europea de baterías que sea competitiva y sostenible.

Para los fabricantes de coches eléctricos las baterías, que suponen en torno al 40% del coste del vehículo, constituyen una pieza clave y estratégica que es necesaria controlar. No es posible desarrollar modelos o coches de alta calidad si no se domina la innovación y los conocimientos vinculados a las baterías.

Por ello, el anuncio de la construcción de una fábrica de baterías (gigafábrica) para automóviles en España, el primer gran proyecto industrial que prevé impulsar el Gobierno con la ayuda de fondos europeos, es una excelente noticia para el sector del automóvil nacional. En el aire sigue la ubicación donde arrancará motores, teniendo Aragón una serie de fortalezas que la hacen ser la candidata ideal.

El vehículo eléctrico puede servir de catalizador para impulsar la transición hacia un sistema basado en energías limpias pero, para ello, cada uno de los eslabones de la cadena de valor de su fabricación debe ser sostenible. Si la fábrica de baterías se aloja en Aragón este requisito se cumpliría.

La comunidad mantiene una posición de liderazgo en el despliegue de energías limpias a nivel estatal, cuya producción cubre ya todo el consumo eléctrico autonómico, algo de lo que pueden presumir pocos territorios en toda Europa. Aragón, con su situación geoestratégica privilegiada, está en el epicentro de las comunicaciones con el resto de España, en un radio de 300 kilómetros de las ciudades más importantes, pero también con el mercado europeo.

No solo eso. Aragón es referente nacional de logística por su oferta conjunta de calidad de suelo, formación e innovación, además de sus conexiones en permanente estado de mejora y desarrollo intermodal. Además, la comunidad se encuentra en el centro de las principales fábricas españolas de coche eléctrico.

Una gigafábrica contribuye a generar un ecosistema que fortalece el tejido industrial de su entorno creando nuevas oportunidades y nuevos puestos de trabajo. Aragón tiene también las condiciones para desarrollar un centro para el reciclado de baterías, elemento imprescindible para garantizar a la gigafábrica un flujo de aquellas preciosas materias primas necesarias para la fabricación de sus baterías.

Esto aseguraría la sostenibilidad del ciclo de vida de las baterías, enmarcándose dentro de la economía circular, y es también un requisito indispensable para apoyar la integración vertical que buscan actualmente los fabricantes de vehículo eléctrico. En ellas y en el proveedor que le suministre las baterías puede radicar la decisión final.

Aragón está preparada para acoger la fábrica de baterías de España y con ella la oportunidad de crear un hub, un ecosistema que la rodee y que garantice la sostenibilidad de todo el proceso.