El terrorista de ETA, Josu Ternera, a través de su abogado defensor Gonzalo Boye, acaba de recurrir el auto de procesamiento por atentado de la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza ocurrido en 1987 y en el que murieron 11 personas y otras 88 resultaron heridas.

A través de un escrito, el también letrado del expresidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, se pone en duda las pesquisas llevadas a cabo por el instituto armado. «Resulta paradójico y sorprendente que para la investigación de un atentado en una casa cuartel de la Guardia Civil, donde casi todas o todas las víctimas eran miembros de dicho cuerpo policial o familiares de miembros, se acuda a la investigación de y por una institución que, directamente, es la afectada», apostilla.

Asimismo, señala «indefensión» porque no han tenido acceso a las actuaciones. «El derecho de defensa se está garantizando solo en su vertiente formal, pero, en ningún caso, en la material», recalca Boye en el escrito remitido a la Audiencia Nacional. Incide además que estos hechos forman parte de otro procedimiento cuya entrega a España fue denegada y ahora se incide en el procesamiento.

Jorge Piedrafita que ejercita la acusación particular en nombre de Antonio Frutos y Carmen Ortuño, así como la popular en nombre de la Asociación Española de Guardias Civiles ha señalado que se opondrá de forma contundente al mismo cuando se le de traslado procesal para ello. Para esta acusación resulta "totalmente falso de forma objetiva que se diga que los nuevos letrados de la defensa han tenido poco tiempo de revisar el sumario antes de la declaración, cuando el sumario estaba en manos del terrorista desde hacía muchas semanas y en ningún momento se planteó incidente o aplazamiento por esta cuestión".

De igual modo afirma que "no va admitir que se ponga en duda el impecable trabajo realizado por los servicios de inteligencia de la Guardia Civil que permitieron la detención y procesamiento del Comando Argala y Pakito, así como determinar que Ternera era la persona de la cúpula que daba las órdenes" y que al ser conocidos por el terrorista le hicieron huir aprovechándose de su aforamiento. "Poner en duda que las víctimas y familias pertenecen al mismo cuerpo sin aportar ninguna prueba que lo desvirtúe resulta una vez más una treta y excusa de mal pagador, apostilla.